Ilustración de Juanlu
Le gustaba esconderse entre los árboles, correr con los ciervos, seguir en el cielo la estela de los pájaros y, con los brazos extendidos, jugar a ser mariposa. Siempre caminaba descalza sobre la hierba y las gotas de rocío le besaban sus pies color tierra. Ella era feliz, pero el bosque era cada vez más pequeño y sus paseos más cortos. El primer día que pisó el asfalto notó como sus raíces comenzaban a secarse. Para continuar su camino, necesitó comprarse unos zapatos que se quita cada vez que llega a casa. Tiene césped en el salón. Abre la ventana, mira al cielo, extiende los brazos y, por un instante, le vuelve el color a las mejillas.
Mmm me ha gustado mucho, ahora entiendo el por qué de los zapatos. No lo había pensado nunca.
ResponderEliminarUn beso
Luisa, me alegro de que te guste. ¿Siguen tus micros ecologistas? Te lo enviaré por si lo quieres :-)
EliminarMuy bonito Puck. Que importante es enraizarnos de vez en cuando con la madre naturaleza y absorber la vida que nos roba la urbanidad.
ResponderEliminarUn besito
Anuca, no hay que perder nunca las raices
EliminarHermosa imagen para ilustrar cómo nos alejamos de la energía de la madre tierra, Puck.
ResponderEliminarUn micro cálido, pegado al corazón del lector.
Abrazos,
Pedro, la imagen es genial, me encantó desde que la ví.
EliminarAl ladrón! al ladrón!! jejeje
ResponderEliminarEs precioso el micro, como dice Luisa, ya se el por qué de los "pazatos".
Un besazo!
Juanlu, jeje... esta vez ni te avisé... ains... donde hay confianza....
Eliminar¡Qué bueno, Puck!
ResponderEliminarAy, el asfalto...
Ay, los sueños...: nuestra tierra.
Un beso.
CDG, me acabas de dar una idea al enlazar las tuyas... mmmm... le doy una vuelta y te la cuento. Gracias
EliminarNo hay que olvidar que las raíces son capaces de quebrar el asfalto.
ResponderEliminar¡Me encanta! Tiene hasta olor a tierra.
ResponderEliminarBesitos