jueves, 5 de enero de 2017

Se escribe, se comenta...



No hay dos sin tres.
Necesitaría un millón de entradas para agradecer todo lo que significa ENTC para mi. Conseguir la ansiada mermelada (que todavía no he probado) y estar en la publicación anual es el sueño de todo participante en el concurso pero, además, por el camino te llevas muchas más cosas.
Se escribe mucho, pero no solo relatos sino, también, comentarios que dan vida a los textos, ofrecen consejos e incluso interpretaciones que ni habías imaginado.
Son muchos los entecianos que comentan (entre los que me incluyo poco, lo siento, que el tiempo es limitado) y quiero agradecerles a todos y cada uno de ellos a través de dos personas y dos microrrelatos.

           Susana Revuelta es de las personas que siempre ha estado ahí. Discreta y atenta al detalle. Seleccionar los micros propios para Un tiempo breve se me antojaba difícil, hasta que me acordé de ella y de un correo agradecido. Le gustaba un micro mío que no había sido seleccionado e incluso me envió un enlace para otro concurso donde podría encajar y al que seguro que ella también pensaba presentarse. Quien tenga esa idea de los escritores ególatras que se miran el ombligo que no los busque en ENTC.

Susana Revuelta - Tres son multitud

            No siempre es fácil asumir todos los comentarios y "criticas" que uno puede encontrarse al pie de su microrrelato. Los hay demasiado directos, alguno poco constructivo... y no escondamos que se ha producido alguna batalla. Pero, en general, más allá de las loas, aprendes de cada línea y del tiempo que te dedican los compañeros con Ángel Sáiz Mora. Siempre tiene la palabra justa, el tono apropiado, la aportación precisa con una sensibilidad que desgrana no solo en sus microrrelatos sino también en sus comentarios.

Angel Sáiz Mora - Versos de plomo

Gracias a todos los entecianos por vuestro tiempo. Por participar, escribir, pero también leer y comentar. Y perdón por no estar siempre a la altura. 
Con esta entrada termino mi particular homenaje a Un tiempo breve. Nos leemos en ENTC y, quien sabe, quizás volvamos a escucharnos por estos lares. 
Como no pude estar en Madrid, me quedo con la foto de San Vicente de la Barquera que espero podamos repetir pronto. 


miércoles, 4 de enero de 2017

Los ángeles y el espíritu de ENTC

No hay texto alternativo automático disponible.

Sigo saldando cuentas pendientes. Para la presentación en Madrid de Un tiempo breve tenía ya la maleta bien llena de ilusión, abrazos para repartir, charlas pendientes... y dos relatos para leer y agradecer.
El destino quiso que no fuese en persona, así que tendrá que ser en diferido.
A la hora de elegir esos dos relatos, más allá de la calidad que hay a raudales en cada página del libro, busqué a quienes, para mi, representan una parte importante de este proyecto y a través de quienes quiero agradecer también la compañía y el trabajo de otros muchos.

Los ángeles
Hay un cuento infantil con múltiples versiones en el que los duendes hacen de noche y sin que se les vea el trabajo que al amanecer se encuentra alguien sobre la mesa. A veces no vemos todo lo que hay detrás de esta red de redes en la que se ha convertido ENTC donde aparecen por arte de magia propuestas, concursos, foros... y de repente te llega un mensaje "anónimo" para participar.
Detrás hay un grupo de personas que rodean a JAMS a quienes no cito para no dejarme a nadie, pero ellas saben que sabemos que están ahí. Hoy las quiero representar en María Elejoste, MEL, que con su buen hacer, con esa sonrisa que llega incluso a través de un e-mail, nos va llevando sin que se lo notemos, nos acuna, nos invita, nos cuida...
Gracias a todos por hacer posible este sueño que hoy celebro leyendo el destino...

María Elejoste - Destino


El espíritu
Cinco años puede ser un tiempo breve, pero ha permitido a ENTC crecer en todos los sentidos, también en cantidad. Todavía recuerdo aquella presentación en Cabezón de la Sal con una veintena de personas y pequeño puñado de autores que cabíamos en la escalera de la Librería Sancho Panza. Allí comenzamos a ponernos cara y conoció a dos de las personas que, para mí, representan la esencia de ENTC. El escritor y su musa.
Yo nunca había conocido a una musa, pero desde entonces se que existen y se llaman Saly. Con esa melena rubia y esa sonrisa que es como un abrazo. Con esa vitalidad necesaria para seguir al insigne caballero de los Montes de Toledo, Javier Ximens. Juntos hicieron una lectura maravillosa, divertida, con ese estilo personal suyo. Y cinco años después, en Un tiempo breve, me encuentro una "Función de noche" donde les veo a los dos y donde, además, les puedo poner música de Sabina.
Gracias por ser como sois y representar el espíritu de ENTC que va más allá de las letras.


Javier Ximens - Función de noche



martes, 3 de enero de 2017

Cómo no te vamos a querer...


La imagen puede contener: una o varias personas, personas sentadas, tabla, oficina e interior

Hace demasiado tiempo que no regaba estos jardines y estaba esperando un buen motivo para volver. Me quedé despidiendo a Gabriel García Márquez. Hoy vuelvo para alojarme en el Hotel Macondo de la mano de Juan Antonio Morán y con viaje directo desde su Sendero del Agua.

Juan Antonio Morán, JAMS, es la "mermelada" que une a toda la comunidad de microrrelatistas y ya amigos que nos hemos ido juntando alrededor de Esta Noche te Cuento. Lo que comenzó como un concurso se ha convertido en un maravilloso punto de encuentro.

Cómo no te vamos a querer... a ti que has apoyado todos nuestros proyectos, publicaciones... Es el momento de cambiar el enfoque de la lámpara y repasar tus letras. Animo a todos a rastrearte entre las entradas de ENTC. Yo, de momento, me alojo en el Hotel Macondo y recojo esos mensajes que llegan a la playa, no siempre en una botella.

*La fotografía es de Rafa Heredero y me llegó a través de Begoña Heredia. Gracias a los dos. Si la técnica no falla, pinchando más abajo podéis escuchar los micros de JAMS

Juan Morán - Hotel Macondo

Juan Morán - El mensaje

Así da gusto arrancar el 2017. Y prometo que no es lo último de ENTC que vamos a escuchar en estos jardines... Ahí lo dejo.





viernes, 18 de abril de 2014

Quedamos en Macondo

No recuerdo cuál fue el primer libro de Gabriel García Márquez que leí pero, cuando llegué a la universidad, ya era uno de mis autores preferidos. Allí me enamoré de su faceta periodística con sus "Notas de prensa" y, cada vez que florecen las críticas a esta profesión, recuerdo que él defendió el periodismo como "el mejor oficio del mundo".
Con todos estos referentes, no es extraño que Gabo ya haya paseado por estos jardines y hoy recuerdo dos entradas que pretenden ser un sencillo y sentido homenaje.


Lunes 23 de abril de 2012
Proyecto Celsius de Manuel Rebollar 

Cien años de soledad en cien palabras

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. En ambos momentos, el coronel se sentiría protagonista de la historia, pero nada más lejos de la cruda realidad. Desde mucho antes y muchas generaciones después, Macondo estaba, está y seguirá allí, imperturbable. El polvo de sus calles se cuela hasta los pulmones de sus habitantes que, más tarde o más temprano, siempre acaban descubriendo que las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra. 

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Domingo, 19 de diciembre de 2010 
 *Seguro que sobran las explicaciones. Estas líneas son el final de El Coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez. Vaya desde aquí mi más profunda admiración y mi humilde homenaje dando descendencia y otro espíritu al Coronel.

El coronel

Hacía años que no entraba en aquella habitación. Cuando vio la puerta entreabierta un escalofrío le atravesó la columna vertebral. Paró unos segundos frente a ella. Manuel le llamaba desde el interior. – ¡Abuelo! –. Puso la mano en el pomo y empujó. - ¡Abuelo, abuelo, ¿qué es eso?
El coronel necesitó setenta y cinco años -los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a ese instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder: -Mierda*.
Sin temblarle el pulso alzó su mano hacia la bandera polvorienta que colgaba de la pared y tiró con fuerza lanzándola al suelo. – Vamos Manuel, la abuela espera para comer. 

domingo, 13 de abril de 2014

Viejos amigos

caratulavvaadisco


Gracias a Pablo Gonz, 47 autores de 6 países (Argentina, Chile, Perú, Colombia, México y España) hemos podido compartir este proyecto "Viejos Amigos" que puedes escuchar pinchando en la imagen. Se trata de 69 microrrelatos que suponen una aproximación al mundo de la vejez desde otros tantos puntos de vista, desde el recuerdo al olvido, pasando por la sonrisa, la enfermedad... la vida. 
Ha sido un placer poner voz a algunos de los microrrelatos y contribuir con los textos que os dejo a continuación. 

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Las abuelas ciegas
 Todas las tardes se reúnen alrededor de la misma mesa camilla. Juntas suman varios siglos. Han sobrevivido a dos guerras y a cinco maridos. Tienen nueve hijos y diecisiete nietos. María fue la primera en perder la vista. Fueron unas fiebres. Eso dijeron. Años después Sofía tuvo aquel accidente. Y una semana después Rosa se cayó por las escaleras con la misma mala suerte. Al menos, eso les dijo a todos. Lo que más le cuesta es ver cómo María sirve el café calculando con el dedo dentro de la taza. Pero es que ella es la que tiene más experiencia.”

Tu reflejo en el agua 
Cada sábado a las cinco de la tarde me siento en uno de los bancos que rodea la fuente, nuestra fuente. El sonido del agua se cuela entre mis palabras mientras te cuento cómo ha ido la semana, los problemas de Susi para encontrar trabajo y las historias de Juan, el pequeño, que parece que por fin se nos ha enamorado. Mientras miro las flores, me apunto mentalmente que tengo que regar los geranios de la terraza. Y sigo hablando, en voz baja, casi un susurro que sólo tú puedes escuchar entre el chapoteo del agua. Te quiero como el primer día, como cuando nos sentábamos aquí con tu hermana en el banco de al lado. Como cuando traíamos a los niños a jugar en el parque. Como cuando empujaba tu silla hasta el borde y tocabas el agua con los dedos. Como cuando te convertiste en reflejo... Antes de irme sumerjo mi mano en la fuente, te acaricio y, llevándome los dedos a los labios, me despido con un beso.”

domingo, 6 de abril de 2014

Cuando éramos niños


Un bosque de cuento. De esos frondosos con árboles de brazos gigantes agitándose con un viento que parece aullar. O quizás sean los lobos. Siempre hay lobos en los caminos de baldosas amarillas que llevan a un mundo de fantasía. O a casa de la abuela. Ella siempre tiene historias que contar. 
Se hace de noche. Cerrada, oscura, tenebrosa. Las nubes cumplen su amenaza y el cielo se rompe en pedazos sobre nosotros en el mismo momento en el que el motor deja de rugir.
Lo recuerdo como si fuera ayer. Todos sentados en aquel Seat 124 rojo averiado y esperando una grúa que tardó horas en llegar, aunque no las suficientes para agotar ni la imaginación de papá, ni las canciones de mamá ni nuestras risas. Nunca nos sentimos tan felices y seguros como bajo la tormenta.

                                                

Mis microrrelatos vuelven a los Jardines de la mano de Esta Noche te Cuento. Os invito a ir por aquellos lares y participar. Esta es mi propuesta para marzo y en abril: "Entre las páginas"

domingo, 30 de marzo de 2014

40 plumas y pico


Algún día me haré con esa codiciada mermelada. De momento, es todo un placer estar en las páginas de 40 plumas y pico, la publicación de 2013 de Esta Noche Te Cuento. La presentación en Santander fue una quedada perfecta para reencontrar y descubrir a los amigos de ENTC con el mar de fondo, un poco de lluvia, los peces, la charla... y la entrega de premios el añadido de la voz y la imagen... Felicitar una vez más a Modes porque, con muy pocas palabras puede encogerte el corazón. 





Por mi parte estoy encantada de formar parte del libro con una leyenda de ranas y, además, por esas cosas del destino, compartir página con Paloma Hidalgo. Os dejo mi relato y, para quienes todavía no conozcan mi pasión batracia les invito a visitar la charca de las ranas




Descalza, la princesa se sienta en la orilla y chapotea con los pies en el agua. Tiene que encontrar una rana.  Y no una cualquiera. Una perfecta. Ha desechado a todos los príncipes del reino y solo le queda confiar en las leyendas. No entiende dónde se esconden. Estira el cuello. Mira hacia un lado. Hacia otro. Afina el oído, pero no escucha nada.
Mientras tanto, ocultas entre los juncos, las ranas esperan calladas a que la princesa se marche. En la charca también se cuentan historias. Hubo algunos batracios que se dejaron seducir por bellas damas y, tras un beso envenenado, desaparecieron para siempre convertidos en altivos caballeros que ya nunca volvieron a croar.