El punto de partida, un pueblo. El de llegada, una casa en el bosque. Entre un lugar y otro, un camino serpenteante entre enormes árboles, pequeñas flores multicolores y el sonido de los animales. La niña canta. La niña salta. La niña juega y se entretiene. Habla con las ardillas, recoge margaritas y las deshoja. Me quiere. No me quiere. Me quiere. No me quiere... La niña ríe. La niña sueña. Trepa a la rama más alta para ver mejor las nubes. Dibuja castillos en el aire y persigue a un sapo junto a la charca. Lo besa. Se escabulle. No hay príncipe, pero no importa. La niña corre. La niña tropieza y se levanta. Lleva una cesta llena de cosas ricas para su abuelita. La niña se llama Caperucita y dice el cuento que por el camino le adelantó el lobo. Pero esa es otra historia.
Me encantan todas las versiones de los cuentos clásicos; de modo que... lo tenías fácil. Y está muy bien ésta en que curiosamente prescindes del lobo (un de los protas si no recuerdo mal)
ResponderEliminarLuisa, ya sabes que me encanta jugar con los clásicos
EliminarPuck, precioso cuento el tuyo, repleto de imágenes frescas como ese camino de bosque que se dibuja.
ResponderEliminarTe salió redonda esta precuela del cuento de Caperucita.
A seguir así.
Abrazos.
Nicolás, es que los cuentos cuentan más historias de las que parece
EliminarEs el segundo microcuento deformado que leo hoy, me gusta, me gusta esa vitalidad.
ResponderEliminarUn besazo!
Juanlu, creo que los clásicos son clásicos porque hacen volar la imaginación
EliminarEs muy hermoso, pareciera que a unos pasos de las fotos te ibas a encontrar con algunas hadas y seres mágicos
ResponderEliminarMarian, bienvenida. Seguro que todos esos personajes están por ahí
EliminarCreo que no es la primera vez que das la vuelta a una historia, de ficción o no. Creo que no es la primera vez que lo aplaudo.
ResponderEliminarNo será la última: plas, plas.
Un abrazo.
CDG, yo también creo que no será la única. Me parece un "juego" divertido
EliminarUna precuela del cuento, muy original y fresca.
ResponderEliminarBesitos
Elysa, jeje, me alegro de que te guste
EliminarJejeje me gusta que Caperucita bese sapos que no son príncipes y que el lobo no aparezca en esta historia. Dejemos a Caperucita corretear feliz...
ResponderEliminarBesos desde el aire
PD. me gustan tus jardineros invitados y que en Burgos solo haya dos estaciones...;)
Rosa, me encanta que hayas visto a la rana jeje, algún día el camino acabará en la charca :-)
EliminarMar, yo no lo veo como una precuela, es más la focalización del viaje de Caperucita antes de "entrar en faena". Probablemente, el lobo, obsesionado con lo que haría en la casa del bosque, no ha disfrutado ni un poco de lo que le ofrece el paisaje de su atajo y eso, como a tantas personas, le convierte en uno más del hatajo de necios.
ResponderEliminarBuena fragmentación, Mar
Besotes de presentación, nudo y...
Manuel, gracias. La verdad es que yo no pensé en el lobo. Sólo pensé en todo lo que Caperucita podía disfrutar en el bosque
EliminarLa niña, como todas las niñas no lleva bien ajustarse a las normas y mezcló cuentos. El final es el mismo que el de Conan :-).
ResponderEliminarCybr, ese final me encanta. Si por mi fuera lo pondría en millones de micros
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