Desde que Anita dinamitó la entrada de estos jardines ha pasado poco más de un año aunque, como detuve el tiempo, podría parecer un suspiro si no fuera por los ecos del centenar de amigos que se han ido acomodando entre los árboles o junto a las tres rosas amarillas.
El número 100 fue esta semana Xavier Blanco a quien prometí un regalo por su redona adhesión a este espacio, sin saber que el premio me lo iba a llevar yo en forma de caleidoscopio. No tengo más que mis palabras, y unas cuantas ranas en una charca, para ofrecer a mis visitantes pero, por una vez y sin que sirva de precedente, me las guardo y os dejo con su perfil y un par de textos, que hablan por sí solos y parecen escritos para este particular homenaje centenario.
Xavier Blanco:
Pirata de sueños, surcador de mares, naufrago de todas las tormentas. Siempre a lomos de un unicornio alado, sin brújula, sin estrellas que me guíen. Al albor de las olas, esclavo del viento. La bolsa de los deseos llena. Un cielo azul y un papel en blanco, mis únicos tesoros.
Era su micro número 100
Transitaba perdido por una carretera secundaria. El cuentakilómetros punteaba 100. Conducía absorto, sólo cien palabras para escribir un relato. Caviló la trama una y cien veces. Con una mano asía el volante, con la otra, el ordenador. El corazón bombeaba a cien. Una señal desconocida despistó su atención: “animales sueltos en 100 Km”. 100 árboles se atravesaron en el camino, 100 unicornios alados cruzaron el cielo, 100 sombras alargadas eclipsaron su imaginación, 100 improperios soltó. Antes de estrellarse pudo apretar la tecla enviar. Se proyectó contra un roble centenario. Su cuerpo quedó fragmentado en 100 pedazos. Era su micro número cien
La abuela cumple 100 años
“Muntaner, 12. María”. No era el SMS de siempre, ¡sorpresa, me citaba en el despacho! La puerta estaba entornada, ansioso por ese nuevo encuentro, me desnudé raudo y encendí la luz, allí estaba María, pero en compañía. La familia al completo, parecía una boda. Miraban atónitos, yo “en pelotas”, ataviado con mis camperas y el birrete de graduación. Cosas de abogados. Esa manía mía de no reparar en los detalles, no había tiempo para interrogaciones. ¿Dónde? Si hubiera preguntado ¿cuándo? Lo mejor la cara de la abuela, que entraba en ese momento. No se cumplen cien años todos los días. Con orgullo, balbuceé: "¡felicidades abuela!". Dos galeotes uniformados entraron por la puerta: “procedan a la detención del exhibicionista” –un vecino había llamado a la policía-. Un silencio aterrador invadió la sala. Carlitos, mi sobrino, aplaudió. Los demás le siguieron. Escuché a papá decir alguna palabrota.
Con aire de comedia clásica, jubilosos somos los espectadores del panorama donde chocan de frente el nudismo ,la confusión y las tradiciones, coronado por hábil final
ResponderEliminarGracias Puck por compartir.
ResponderEliminarBesos a ambos dos desde el aire
http://xavierblanco.blogspot.com/2011/07/102-el-amor-no-sabe-de-numeros.html
ResponderEliminarEsto fue lo primero que leí yo de Xavier. Pero la verdad es que escribe diferente según el tema del que escriba. Hay que visitar su blog para ver eso y sorprenderse.
Gracias Puck por enseñarnos gente con talento...
ResponderEliminarVoy a visitarlo, me gustó lo que leí...
Un besito.
Hola Puck. Enhorabuena por tu blog - que me ha encantado-; y por este invitado de lujo que traes hoy. La verdad es que desde que conocí a Xavier me quedé prendada de la calidad de su escritura y de su sencillez y calidez como persona. Y parece que le van los números redondos, como el 100.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para ambos.
"Alborea un nuevo día, es domingo, una jornada mas de esas conclusivas del verano. Has regresado a la urbe, y las maletas siguen ahí, en la sala, y los chavales despiertan nerviosos, con la playa y la piscina tatuadas en la piel. Compras los periódicos, callejeas, pero las olas ya no resuenan en tu orilla, ni en el horizonte serpentean barquitos de papel. El cielo se ha teñido de gris, cercado por cirros y estratos, que anuncian tiempos de rutina. Cansino, abres el correo, y miras el blog, aunque sabes que los domingos son perezosos, gandules, que hay poco que esperar. Pero una ráfaga, un vendaval te lleva, y un croar infinito, que resuena a música celestial, invade el entorno, el mar bate y te salpica de sal y arena. A veces te equivocas, y los domingos traen regalos que no esperas, como si hubiera llegado la primavera."
ResponderEliminarPuck, gracias por este "homenaje", impresionante, inmerecido. Pero que nadie se equivoque aquí solo soy un figurante, a lo sumo un personaje secundario, la protagonista eres tú, y estos jardines de buena literatura, de buen hacer, de buena gente.
Un abrazo a tod@s,
Genial homenaje.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Octavius Bot
Genialidad al cuadrado.
ResponderEliminarOs felicito, Puck y Xavier!!
Besos.
FELICITACIONES Puck!!!
ResponderEliminarUn placer para mí, ser parte de este jardín con el que me he encontrado y en el cual paso momentos de verdadero gusto!
Saludos para tí y felicidades para Xavier!
Xavier, es un placer tenerte en estos lares y me encanta haberte alegrado una mañana de domingo :-) aunque no tengo nada que hacer compitiendo con el recuerdo de la playa... ainsss... cómo me gusta el mar!!!! . Nos seguimos leyendo.
ResponderEliminarA todos los demás, muchas gracias por seguir ahí y dar vida a estos jardines con vuestros comentarios
Saludillos
Puck, enhorabuena por tu seguidor número 100. Y como parte de este elenco de visitantes te doy la enhorabuena por escribir como lo haces y por proporcionarnos las distintas sensaciones de tus relatos. Son estupendos.
ResponderEliminarAh y gracias también por dar a conocer a Xavier Blanco.
Un abrazo.
Desde mi humilde y no concurrido espacio, enhorabuena al afortunado visitante 100 por tan buen homenaje.
ResponderEliminarY a ti, Puck, que sigas saltándonos nuestra imaginación con tus ranas de letras.
Bravo a los dos.
Otro gran descubrimiento y otra maldición por mi poco tiempo.
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