Aquella buhardilla era perfecta. Pequeña pero muy barata. Yo no necesitaba muchos lujos. El espejo ya estaba allí. Frente a él me sentía como la madrasta de Blancanieves. Confieso que, imitándola de forma grandilocuente, le pregunté varias veces. Nunca pensé que, a la tercera, me contestara.
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Jajajaj ¿y te dijo que eras la más hermosa?...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Rosa, secreto, secreto jeje
EliminarPuck, una participación un poco accidentada la tuya en estas Microjustas, lástima pues aún podrías seguir en pie, pero eso no ha evitado que te lucieras con micros como este. Es inquietante ese final que lo redondea.
ResponderEliminarA seguir escribiendo.
Abrazos.
Nicolás, más que accidentada. Creo que me van a declarar rana non grata. Pero bueno, confieso que este micro es de los que más me han gustado en mucho tiempo así que, sólo por eso, ya ha estado bien pasar por allí.
EliminarNos dejas en ascuas ¿Qué te dijo?
ResponderEliminarEstupendo micro Puck. Saludos.
Yashira, jeje ... se admiten sugerencias :-)
EliminarEsa duda final redondea el relato...
ResponderEliminarUn abrazo, Puck.
Carlos, muchas gracias por tu comentario
EliminarEso te pasa por preguntar, la curiosidad resulta mala consejera.
ResponderEliminarUn abrazo,
Esperanza, no lo puedo evitar... será deformación profesional jeje
Eliminar¿Y no nos vas a decir qué te dijo? Yo imagino algo así: "búscate un príncipe, ranita; él te librará del encantamiento" Pero la ranita no le hizo caso... Besos
ResponderEliminarPuri, me encanta tu sugerencia sobre todo por eso de no hacer caso jajaja
EliminarEn tres lineas nos dejasen ascuas. Me gustó mucho.
ResponderEliminarMiguelángel, me alegro :-)Gracias
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