Primero se comieron a todos los cerditos y el lobo tuvo que ir a por Caperucita. Con un ERE en el bosque, despidieron a los siete enanitos y la bella se durmió tiritando por falta de leña. Cuando se acabaron las subvenciones para cultura, el flautista dejó de tocar y la sirenita enmudeció.
A pesar de los recortes, papá rescata cada noche personajes de cuento para dormir a los más pequeños. Ellos sueñan con quedar encerrados en una casa de chocolate pero yo, a estas alturas, me conformaría con comer perdices y ser felices.
Y hasta las miguitas que se tiran en el bosque para no perder el camino de vuelta, hasta se comían de buen agrado algunos, pobres.
ResponderEliminarQué de mentira parece todo, y qué de verdad es.
Luisa, sí, las miguitas encajan perfectamente
EliminarEl tono de tus palabras escritas, deja un ápice de esperanza. Nos debemos indignar siempre y salir a la calle, contar cuentos y no perder la alegría. No podrán con nosotros,no.
ResponderEliminarBesicos desde mi alambrada.
Cabopá, me quedo con esa esperanza que siempre deben tener los cuentos
EliminarQuizá el futuro se encuentre en las historias para niños o al menos nos permitan seguir soñando.
ResponderEliminarSaludos.
José Manuel, nunca hay que dejar de soñar
EliminarGenial, Mar, qué bien traídos los personajes al tema. Y claro, qué menos que comer siquiera perdices, que es lo mínimo a lo que se aspira en un cuento.
ResponderEliminarAbrazos.
Miguelángel, que conste que a las perdices ya las dejé ganar en el cuento para el final del mundo jeje
EliminarQue esos personajes de cuentos no se rindan nunca, tiene que llegar al final del cuento para comer perdices y ser felices.
ResponderEliminarBesos
Puri, ahí estamos, dándoles vida con palabras
EliminarMuy bueno, Mar. El final es de cuento. Comer perdices, sobre todo comer y luego ya seremos felices.
ResponderEliminarBesos desde la alambrada
Elena, gracias, menos las perdices todos estamos de acuerdo jeje
EliminarHasta los cuentos sufren. Hasta en ellos hay esperanza.
ResponderEliminarUn abrazo.
CDG, nos quedamos con la esperanza eh?
EliminarPuck, no me imagino una forma más tierna para meter el dedo en la yaga con esta situación en la que vivimos. Se agradece que lo hayas elegido.
ResponderEliminarAbrazos.
Nicolás, ya sabes que los cuentos sirven para todo :-)
EliminarQué penita tanto cuento recortado...Genial ranita, me ha encantado.
ResponderEliminarBesos indignados desde el aire
Rosa, nada de penas, esperanza
EliminarUn micro de cuentos y con final de cuento, comer perdices, así es lo primero comer, si no hay fuerzas, no hay lucha.
ResponderEliminarMuy original tu propuesta.
Besitos
Elysa, lo primero es comer, después contar cuentos y soñar
EliminarAy, qué chulo y qué triste... las perdices se consolarían con... colorín colorado ;)
ResponderEliminarAbrazos de cuento
Ana, jeje mis perdices se consolaron en el cuento para el final del mundo
EliminarMe ha gustado mucho, esa superposición del cuento con la realidad, dulcifica la tristeza que emana. Besos!
ResponderEliminarMaite, gracias, pero más que tristeza esperanza eh?
EliminarQué bien. Lástima que existan los motivos para la inspiración. Has llevado el impacto del desastre a los cuentos de fantasía. Cierre clásico, en desuso, por desgracia.
ResponderEliminarNo obstante has tenido el acierto de no afectar a las ranas (jeje), te diría, pero el asunto no está para bromas.
Ximens, no me atreví a meterme con ellas, tengo tantas que si se levantan todas contra mí...
Eliminar¡Cuánto me gusta, Puck! ¡Qué bueno!
ResponderEliminarMe ha gustado este ajuste intertextual a la situación.
Un abrazo.
Pedro, gracias. Ya sabes que me encantan los personajes de cuento
EliminarQue estupendo final de cuento. Acercar la actualidad mediante imágenes infantiles, clásicas, es como recordarnos lo que éramos o lo felices que fuimos, para que resulte aún más penoso el desastre actual. Ojalá se cumpla ese final (aunque por el camino que llevamos...)
ResponderEliminarMuy buena forma de hacernos llegar el mensaje.
Un abrazo.
Amparo
Petra, que siempre se cumpla el final, que todos comamos y soñemos
Eliminarsaludillos
¡Que no dejemos de soñar nunca!... pero, efectivamente, ¿se puede seguir soñando con la tripa vacía? muy bueno. Dominique
ResponderEliminarMuy curioso, sacando personajes de cuento del baúl de los recuerdos. ¿Ansías la niñez?
ResponderEliminarBesos!