Para Anita
- En tiempos de la abuela de tu abuela, los niños jugaban en bosques y jardines donde la brisa transportaba el aroma de las flores y los rayos del sol acariciaban la piel. Las ranas cantaban en las charcas, los ciervos correteaban y los enamorados preguntaban a las margaritas si eran correspondidos
María ha escuchado tantas veces este cuento que simula tener una flor en la mano y deshoja el aire: me quiere, no me quiere, me quiere...
- Mamá, ¿cuántas hojas tienen las margaritas?
- Muchas, María, muchas. Cuéntalas mientras te duermes -
La arropa y, antes de irse, la mira desde la puerta. Se está haciendo mayor. Algún día tendrá que decirle la verdad, que las flores son cuentos de abuela para entretener a los niños en este mundo gris de hormigón y cemento que un día, según cuentan, fue verde, azul, multicolor.
!qué bien explicado puck! y qué tristemente cierto... abrazo.
ResponderEliminarPrecioso cuento "condensado", a mi tambien me encanta escribir...me encantaria mandarte algo que habla de lo mismo mi c0rreo es
ResponderEliminarmrotajau@hotmail.com
Un saludo cariñoso de Begoña
El contraste entre la ternura de la madre y la aspereza de la realidad me produce una sacudida, una llamada a despertar. Me sumo a tu mensaje y te felicito por la calidad de este texto. Un beso.
ResponderEliminarTerrible realidad. A mi todavía me tocó ver algo de la ot4ra.
ResponderEliminarBlogsaludos
Un cuento sobre un cuento ambientado en un mundo distópico que aún no existe, o al menos sólo existe de forma parcial. En nuestras manos está conservar los jardines y florestas del nuestro, aunque hay quienes dicen que ya es demasiado tarde, y lo terrible es que quizá tengan razón...
ResponderEliminarTendría que decirle que ese mundo volverá a ser multicolor otra vez, dentro de poco.
ResponderEliminarBonito cuento, Mar.
Besicos.
Según vas leyendo parece que también el relato fuera cambiando de color.
ResponderEliminarBesos multicolores.
Creo que lo que mejor definiría a este micro es "Agridulce". Una situación muy agria que tratas con una dulzura genial. Ahg! detes to analizar el texto así. Vamos que me gusto mucho.
ResponderEliminarMe recuerda a Tank Girl, donde un profeta soñaba que llovía... lo soñaba.
ResponderEliminarQué triste, pero sobre todo la sensación de que si no actuamos puede llegar convertirse en realidad.
ResponderEliminarBesos
Hermoso.
ResponderEliminarQue triste. Y también injusto, María debería descubrir sola el mundo en que le ha tocado vivir. Las margaritas que ha desojado la madre no serán las que deshoje la hija. Sin embargo, contándole los cuentos parece tierna y solo sea un fugaz momento de frustración, si no, este cuento reinventa al ogro, transformándolo en una madre insatisfecha que llenará a la hija de miedos que no le pertenecen. Un abrazo.
ResponderEliminarMmmm. me parece que interpreté mal, la madre no estaba hablando de un mundo subjetivo, si no de uno real tal vez desbastado. Subsiste lo de triste, borramos lo demás. Un abrazo.
ResponderEliminarDeshojar el aire... qué bella imagen. Hay otras en tu relato. Igual de bellas. Delicioso. Y duro. Así está la cosa. Así somos... como especie.
ResponderEliminarAhora viene Anita, que anda despistada. Espera, le doy con el codo.
Por cierto... gracias por el enlace :)
Besos deshojados.
Hola!
ResponderEliminarUn huequito entre mis vacaciones de hormigón para decirte que me encanta el cuentito, es tierno y duro, como la realidad.
Un abrazo enorme y te cuento en privado...
Hilia, cierto, cierto todavía no, espero que podamos evitarlo :-)
ResponderEliminarBegoña, gracias por la visita. Abrí tu baúl. Estaré encantada de leerte. losjardinesdepuck@gmail.com
Pedro, me alegra haber conseguido ese efecto despertador
Adivín, espero que consigamos que es "otra" realidad siga siéndolo mucho tiempo
Odys, nunca es demasiado tarde
Torcuato, lo mejor es que no tenga que volver a ser sino que siga siendo realidad
ResponderEliminarSu, gracias por tus palabras que siempre dejan un rastro de color
Cybr, me gusta que te guste, y que lo analices como quieras :-)
Javi, los sueños pueden convertirse en realidad
Elysa, de eso se trata, de evitarlo
Montse, gracias
ResponderEliminarJulio, esa podría ser otra interpretación en la que yo no había pensado pero que está ahí. Leyendo tu comentario se me ocurrió otra más. Si el cuento cuenta que los jardines existieron (y nosotros sabemos que sí) quizás los cuentos sobre hadas también relaten historias reales de alguna vez :-) hoy estoy positiva y soñadora
Kum, lo bueno de deshojar el aire es que el resultado es el que tú quieras jeje, haciéndole trampas al azar si es que existe
Anita, gracias, disfruta de las vacaciones
Saludillos entre flores
Qué bonito Mar, espero no contarles nada similar a mis hijos y que aún no sea el cuento de mis nietos... quién sabe. Muchos besos
ResponderEliminarMuy bonito, muy apropiado para Anita!
ResponderEliminarAbrazos.
Entre las grietas de lo que fue antaño autopista crecerán de nuevo las margaritas.
ResponderEliminarUn abrazo
Octavius Bot
Rocio, yo también lo espero :-)
ResponderEliminarDavid, gracias, Anita despierta nuestra conciencia
Octavius, ME ENCANTA!!!
Saludillos deshojados