Descalza, la princesa se sienta en la orilla y chapotea con los pies en el agua. Tiene que encontrar una rana. Y no una cualquiera. Una perfecta. Ha desechado a todos los príncipes del reino y solo le queda confiar en las leyendas. No entiende dónde se esconden. Estira el cuello. Mira hacia un lado. Hacia otro. Afina el oído, pero no escucha nada.
Mientras tanto, ocultas entre los juncos, las ranas esperan calladas a que la princesa se marche. En la charca también se cuentan historias. Hubo algunos batracios que se dejaron seducir por bellas damas y, tras un beso envenenado, desaparecieron para siempre convertidos en altivos caballeros que ya nunca volvieron a croar.
Pues me gusta mucho, aunque me entristece algo que hayamos escogido girar el punto de vista las dos de manera muy similar, mira el 13.
ResponderEliminarSnif...
Me quedo en tu blog, escribes muy bien.
Alba, bienvenida a los jardines, espero que te sientas a gusto. Voy a buscar tu micro. Además te invito a visitar mi otro espacio, www.charcaderanas.blogspot.com, donde las ranas campan a sus anchas
Eliminarsaludillos
¡Malditos anfibios! ¡Cómo aprenden! Así que el todo por un beso no iba a ser jamás...
ResponderEliminarPues yo sí te lo doy, ranita mía.
Besotes encharcadísimos
Manuel, besotes de vuelta. Fue genial compartir mesa y mantel tan cerquita :-)
EliminarUn abrazo!!!
Cada punto de vista es una historia. Cada sujeto o especie aprende de sus antepasados, de experiencias. ¿Quién dijo que la rana quería ser príncipe???
ResponderEliminarEl cuento desde la otra mirada.
Un besooo de piedra sonriente.
Me gustan tus batracios orgullosos de croar.
Petra, ahí estamos! Yo siempre seré rana. jeje. ¿Sabes que ahora le pongo risas a tus comentarios? No puedo evitarlo. Gracias por esa alegría contagiosa
Eliminarsaludillos
Allá te contesté.
ResponderEliminarY de allí me traigo la música sugerida. Gracias!!!!
EliminarPober princesa, me parece que es demasiado exigente. Pero sobre todo, pobres ranas, espero que no pille a ninguna. Con lo bien que se está en la charca!!!
ResponderEliminarPuri, tranqui, que están todas bien escondidas jeje
Eliminarcroak, croak
Un cuento que sólo podías escribir tú.
ResponderEliminarLuisa, no, no, que hay mucho batracio por ahí. Pásate por www.charcaderanas.blogspot.com y verás
Eliminarsaludillos
Pues eso, leyendas...nada menos.
ResponderEliminarUn abrazo.
CDG, leyéndonos
Eliminarsaludillos
Tú no te muevas de esta charca, ranita :-)
ResponderEliminarUn besote.
MJ, no, no, aquí me quedo jeje
EliminarQué buena esa visión inversa de la historia.
ResponderEliminarEste mes el tema te ha venido como anillo al dedo, jeje.
Buen micro, lo veo en el podio.
Saludos.
Yolanda, este mes lo he disfrutado, y pensando pensando todavía me quedan un par de ranas por ahí que saltarán a la charca
Eliminarsaludillos
Y donde esté una rana, que se quite un príncipe. Buena vuelta de tuerca, ranita.
ResponderEliminarAbrazos de batracia.
Lola, ahí estamos, en la charca, tan a gustito.
Eliminarsaludillos