domingo, 20 de enero de 2013

Canguingos o patas de peces


A Pablo  Garcinuño por sus Canguingos o patas de peces 

- Deja tu mensaje después de la señal. - Me sorprende el contestador y, entre carraspeos, empiezo a contarte que mi abuelo come moscas. Lo sé desde que era un chaval y tenía problemas con las matemáticas. Entre calada y calada intentaba completar los ejercicios mientras él, sentado el sofá, pensaba que no le veía. -¿Qué haces yayo? - Te miro mientras fumas. - Nunca dije nada. Al fin y al cabo era uno de los 243 Antonios que vencieron a los 122 Shirleys y eso te da derecho a hacer lo que quieras ¿no crees?. Suena otro pitido. Se ha acabado el tiempo y se me quedó el alma en el tintero. Realmente te llamaba para decirte que los viejos roqueros también mueren. Que él se fue y no sé si volver a fumar o empezar a comer moscas.

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Este texto está compuesto con los títulos de "Canguingos o patas de peces", una recopilación de cuentos y microrrelatos que, seguro, no te dejarán indiferente. No deja de sorprenderme la capacidad de Pablo Garcinuño para jugar con la realidad a su antojo y conseguir, siempre sutilmente y con maestría, una crítica irónica, una sonrisa o incluso una carcajada abierta. Domina el espacio corto pero engancha también en el recorrido mas largos de esos cuentos donde los personajes son tan cercanos que acabas pensando que los reconocerías por la calle. 
Pinchando en la imagen puedes encontrar el libro en el que Pablo Garcinuño ha reunido parte de su Palabrería en Mal Estado que ya pasó por estos jardines hace un tiempo y de la que ahora os dejo otra muestra para que piquéis y vayáis a pescar Canguingos o patas de peces. 


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En paro
Ignoro si Dios ayuda a los que madrugan. A las horas que yo me levanto es el Diablo quien me tiene preparado el café


Baile de cifras
Digan lo que digan, el milagro de los panes y los peces no fue para tanto. Primero pasó la policía por aquel monte cercano al mar de Galilea y su recuento fue claro: cinco panes y dos peces. Después llegaron los sindicalistas y dieron de comer a unos 5.000 manifestantes (cien arriba, cien abajo).

El culo de la Yoli

“¿No te habré despertado, colega?”. Antes de que responda ya has entrado en mi casa y asaltas el frigorífico. Con la boca llena, me confiesas que vienes de casa de la Yoli. Que si te la ligaste en el Ambigú, que si os fuisteis a la cama cuando cerraron, que si “vaya culo que tiene la pava”. Al reírte se te escapan miguitas de la boca. Juraría que todavía estás borracho, pero no digo nada. Me limito a darte una palmadita en la espalda con un “qué cabrón” de admiración. Tú te ríes y detallas los pelos y las señales de la noche, dejando claro que no vas a permitir que ninguna loba te cace de nuevo. Luego te vas luciendo esa sonrisa tuya, tan triste
desde que María te dejó. “Un día de estos, colega, tenemos que irnos de putas porque te estás apolillando”, añades.
Yo vuelvo a la cama e intento encontrar un hueco debajo de las sábanas. Al levantarlas me quedo un rato observándola (continúa dormida). Tengo que darte la razón, colega. La Yoli tiene un culo de muerte.

9 comentarios:

  1. Gracias, Puck.
    Un saludo.

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  2. Totalmente de acuerdo con todo lo que dice Puck sobre la escritura de Pablo, para qué voy a repetir. El culo de la Yoli es uno de mis micros preferidos (en general, no dentro de la obra de Pablo) y Los viejos roqueros también mueren me encanta desde la primera vez que lo leí, hace ya un tiempo. Pero todos, todos merecen la pena: humor, ternura, crítica y, sobre todo, cariño por sus personajes aunque no sean ejemplares.

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  3. De acuerdo con Elisa, y pena me da, compartir con la tal Yoli sólo el nombre.

    ;)

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  4. Jooooooo, macho! No sé qué decir! Qué MUCHAS GRACIAS, Puck, por hablar así de mis canguingos y patas de peces. Y que me hace una ilusión de la leche que vuelvas a dedicarme unas líneas con tanto cariño en tu blog. Gracias! Y lo mismo le digo a Elisa! Un abrazo

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  5. Anda, gracias Puck,
    Me había perdido la recopilación. Yo tampoco me repito, me faltan muchos, pero el de la Yoli es también uno de esos textos que recuerdas perfectamente con el tiempo. Un placer leer a Pablo y un micro precioso el que le has dedicado (si yo fuera el protagonista volvería a fumar, mucho mejor ;-)
    Besos a todos

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  6. Puck, muchas gracias por dar publicidad y en mi caso enterarme de este libro del gran Pablo Garcinuño, que espero no se moleste si le recuerdo como el del "Fregao" por ese delicioso micro que leyó en la microquedada. Pero a parte de ese microrrelato tiene más y espero poder comprar su libro y reafirmarme.

    En cuanto al relato con el que se inicia esta entrada, ¿es tuyo o de él? Pues me ha gustado mucho como se juega con los personajes y con nosotros los lectores.

    Abrazos a los dos.

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    1. Nicolás, el micro inicial es mí, uno de esos "juegos" que tanto me gustan con los títulos de los cuentos de Pablo. En cuanto al libro, ha tenido la generosidad de que sea de descarga gratuita así que te recomiendo que te lo bajes yaaaa. Es genial. No te vas a arrepentir

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  7. Gracias a todos por vuestros comentarios y a Pablo por el trabajo realizado, en sus textos y en la recopilación que ha puesto a disposición de todos
    Abrazos a repartir

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  8. Enhorabuena a Pablo por este libro, ya le dije en su blog que me gustó descubrir esos relatos más largos, esos Canguingos con los que he disfrutado muchísimo. Ahora ya me lo he leído todo y mis preferidos son Te miro mientras fumas y Deja tu mensaje después de la señal. Me gustan esos personajes tan cercanos y llenos de ternura, un poco desvalidos en algunos casos, que parece que podemos encontrarnos en cualquier esquina. Gracias, Puck, por traerlo por aquí. Besos

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