El abogado de la famlia nos reunió a todos en el salón del oeste. Cuando abrió el cartapacio en el que guardaba el testamento del abuelo, un sudor frío me recorrió la espalda. Estaban en juego la mansión de la Costa Brava y la de Túnez, con camellos incluidos. La verdad es que, aunque me sabía su nieto más querido, me hubiera conformado con el refugio del lago al que se accede por una carretera llena de socavones. Nunca pensé que me dejara su posesión más preciada. Una colección de soldaditos de plomo con los que organizó la estrategia de su primera gran batalla.
Puck, gracioso microrrelato en el que has utilizado extraordinariamente las palabras requeridas. Lo de la casa de Túnez con camellos, genial y la sorpresa final con los soldaditos,
ResponderEliminarigual.
El tema de las herencias... nunca me ha gustado, por eso yo no pienso dejar nada, como canta Sabina.
Me gustó.
Un abrazo grande.
Nicolás, gracias, yo también soy muy asabinada en esto jeje
EliminarCon esos soldados, el/la protagonista de tu relato podrá empezar también nuevas batallas para perderlas y ganarlas. Muy original, Puck.
ResponderEliminarPienso como Nicolás y Joaquín: yo no pienso dejar nada, savlo lo que quieran recordar de mí, y eso que tuve cientos de noches.
Un beso
CDG, los recuerdos son todavía mejor que los soldaditos de plomo
EliminarBonita herencia. Si el finado se la dejo con todo el cariño, es que realmente alguien le hizo ver que eso le podía gustar, ese nieto tan preferido, posiblemente.
ResponderEliminarEs como si... se hubiese hecho justicia o algo así.
Este heredero tuvo que contener la perplejidad, quizás; los otros la risa y las ganas de ponerse a saltar como cabras.
Un beso, Luisa
Luisa, gracias, el valor que le dan los herederos lo dejo a la imaginación de cada cual jeje
EliminarEl valor de las cosas es aquel que nosotros le damos. Me gustó mucho.
ResponderEliminarDos besos y un abrazo.
Lola, otro abrazo para tí
EliminarMe parece fantástico cómo has encajado las palabras en la amalgama de una prosa que compone un micro genial, Puck.
ResponderEliminarDesconozco el resultado del certamen de los abogados, pero me sorprendería saber que este micro no ha sido seleccionado.
Un abrazo,
Pedro, no lo seleccionaron, pero no importa. Me gusta jugar con las palabras jeje y me alegro que te guste el resultado
EliminarBueno, está claro que el materialismo no era uno de sus valores. Muy bien, espero que te seleccionen. Lástima los camellos...
ResponderEliminarUn saludo.
Citizen, así que tú querías los camellos eh? jeje
Eliminar¿ Y con semejante micro no te han seleccionado?, buah abogados quién los entiende!.
ResponderEliminarUn beso
Ángeles, la selección es subjetiva, esta y todas, así se entiende jeje. bsts
EliminarConfirma lo que pienso. Esto de las selecciones son tan arbitrarias... Me gustó mucho como elaboraste el micro. El final, es una vuelta de tuerca muy esperanzadora.
ResponderEliminarSaludos, mi amiga!
Bee, me gusta que veas esperanza en el micro
EliminarEl General le dejó un recuerdo inolvidable.
ResponderEliminarSe acordará de él toda su vida.
Toro, jeje, me encanta el doble sentido de tu comentario jajaja
EliminarEse gran juego que haces con el valor de las cosas esconde una gran lucha que se lleva hoy en día. Sólo se valora lo ya valorado, nunca a lo que se tiene aprecio.
ResponderEliminarAdivín, valor y aprecio son dos cosas muy diferentes :-)
EliminarEn un mundo cada vez más materialista se agradece un soplo de romanticismo. Bonito micro, Puck.
ResponderEliminarUn beso.
MJ, gracias por verlo así...
EliminarNo siempre lo que los demás valoran coincide con lo que nosotros valoramos...Hay cosas que no tienen precio.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Rosa, como el anuncio de VISA jeje. Un abrazo fuerte
EliminarEstá claro que materialista no era. Me gusta este legado.
ResponderEliminarBesitos
Elysa, gracias
EliminarSi miras hoy miércoles el doodle de google te llevarás una sorpresa que te hará croar...
ResponderEliminarCDG, croak, croak
EliminarQué bien que a veces el valor de las cosas sea el que deberían tener. Un micro de aplauso
ResponderEliminarAraceli, gracias
EliminarQue el abuelo entendía lo importante queda claro, que el nieto lo entienda lo has dejado ene el aire. Me gusta.
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