Los domingos toca la orquesta. Dolores saca a Fermín. La Maite y la Rosa bailan juntas. Hace años que Segismunda y Onofre no se levantan de sus sillas. No se mueven, no hablan, pero cruzan las miradas y, al son de la música, les siguen bailando mariposas en el estómago.
No hay nada que me conmueva más que el amor que supera la barrera del tiempo. Es un micro precioso. Un beso.
ResponderEliminarMar, gracias, ya sabes que en estos jardines el tiempo no existe jeje
EliminarMuy de El Año de las Luces, de Trueba.
ResponderEliminarMuy bonito, Puck. Cuando esas mariposas salgan de sus estómagos y lleguen a su voluntad, se levantarán, matarán la timidez y serán un vals perfecto.
Un beso.
CDG, mira... no había sacado yo esa relación... me gusta!.
Eliminarsaludillos
Es que el amor no tiene edad, ni complejos. Me gusta la ternura que llevan en sus alas esas mariposas.
ResponderEliminarUn beso.
Paloma, el amor no tiene nada más que amor y... mariposas en el estómago :-)
EliminarMuy bonito, tan romántico...
ResponderEliminarAurora, bienvenida a los jardines, saludillos
EliminarTal vez sea que la vida que se lleva en la mirada no envejece con los años. Lo has escrito de una manera muy bella Puck, enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo
Ángeles, gracias por tus palabras. Oye, todavía estás a tiempo de saltar el sábado a los madriles...
EliminarAy Puck,
ResponderEliminarel mensaje de amor eterno -o casi- es perfecto para el 14 de febrero... pero además la imagen de las mariposas bailando en lugar de la pareja me ha parecido muy conmovedora... Felicidades guapa
Rocío, gracias!!! ya sabes que en estos jardines se para el tiempo así que las cosas son eternas mientras son :-)
EliminarMe ha dolido el alma por Segismunda y Onofre, Puck.
ResponderEliminarEntre otras cosas por las distintas lecturas que nos dejas.
Un amor nunca consumado pero que continúa ardiendo, el que más duele.
Un amor consumado, al que los años no le dejan ya manifestarse bailando, que después de besando debe de ser la forma -pública- más sublime de demostrar lo que se siente.
Mi miedo, como lector, que un día le falte uno al otro.
En fin, que en cuatro líneas me has hecho vivir un sinfín de historias.
Un abrazo,
Pedro, me encanta que cojas al vuelo todas esas historias que me gusta esconder entre las líneas...
Eliminarsaludillos
Muy tierno y romántico.
ResponderEliminarUn apunte personal: yo quitaría lo de "La" Maite y "la" Rosa, dejaría Maite y Rosa...
Un saludo indio
David, el "la" es intencionado, no sé si consigue el efecto perseguido que quizás sea más personal que otra cosa. Mi abuela siempre hablaba así, es más, cuando hablo de sus vecinas yo todavía las recuerdo con ese "la" delante. En todo caso, gracias por el apunte. Se agradece y me hace pensar si se consigue o no el efecto que quería.
EliminarSaludillos
Precioso, como ya te dije en el Microrrelatista.
ResponderEliminarCybr, gracias, por partida doble :-)
EliminarMar... es como el amor en los tiempos del cólera..eso es lo inefable del amor...que permanece en nosotros hasta el último hálito...hasta un segundo después de cerrar nuestros párpados...y esas miradas y esas mariposas son el amor absoluto, el que siempre permanece en nosotros. Me ha gustado este micro.
ResponderEliminarUn abrazo
Xavier, muchas gracias, esa era la idea. Creo que incluso cuando ellos ya no estén, quizás ya no están, las mariposas seguirán bailando.
Eliminarsaludillos
Puck, que tierno micro, donde se demuestra que no hay edad para sentir como la primera vez el amor. Me ha gustado mucho como has utilizado los nombres para situarnos de lleno en el ambiente que pretendías.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Nicolás, gracias. Creo que alguno de ellos son vecinos de aquellos que estaban sentados a la puerta de la taberna viendo pasar el tiempo...
EliminarSaludillos
Precioso, Ranita
ResponderEliminarUn beso
Anita, croak, croak jeje
EliminarMuy bonito Puck, se intuye perfectamente el carácter rural de tu San Valentín.
ResponderEliminarSaludos.
Enmascarado, mira que no soy muy sanvalentinera pero coincidió jeje
Eliminarsaludillos
Una pintura estupenda, Puck! Esta es la clase de micros que te dejan un sonrisa dulce en los labios.
ResponderEliminarFelicitaciones! :)
Bee, brindo por esa sonrisa. Me encanta!!!
Eliminar¿Bailas?
ResponderEliminarAdivín, por supuesto!!!! :-)
EliminarEs una maravilla.
ResponderEliminarMe encanta que sea la Dolores la que saque a Fermín y no al revés. Demuestra lo que vengo observando en los bailes de fiesta mayor. A cierta edad las señoras ya no tienen nada que perder y cambian la historia. ¿Y Segismunda y Onofre? Siempre veo algunos en una esquina del mar de sillas, juntos o tal vez en cada lado de la pista distantes pero muy cerca...
Bonito baile de mariposas.
Saludos
Xesc, me encanta que sepas ver en cuatro líneas todos los detalles. Gracias por dar todavía más fueza al texto.
Eliminarsaludillos
Te lo repito...Precioso!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
Rosa, yo también te lo repito... gracias!!!!
Eliminarsaludillos
Precioso, Puck y que afortunados Segismunda y Onofre que todavía les siguen bailando mariposas en el estómago.
ResponderEliminarBesitos
Elysa, creo que todos deberíamos tener siempre mariposas en el estómago
EliminarMe parece conmovedor el amor tardío, y tú lo expresas con ternura y delicadeza. Precioso.
ResponderEliminarSusana, gracias por tus palabras
EliminarRomántico baile de mariposas, pero ya va siendo hora de que las mariposas les cosquilleen los labios y salgan a bailar. ¿Quizá en el próximo San Valentín?
ResponderEliminarPuri, quién sabe, las mariposas son como las musas, muy suyas
EliminarQué afortunadas!!!!! Ojalá la magia nunca se agotase!!!
ResponderEliminarUn abrazo.
María, ojalá!!!!
EliminarMe encanta el relato, quién sabe desde cuándo les bailan esas mariposas... pero estoy seguro de que ese baile seguirá dibujándo sonrisas en sus apacibles rostros.
ResponderEliminarUn saludo
Bonito micro. Nuevo en tu blog. Me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos.