domingo, 30 de octubre de 2011

Libro de papel

Aunque confiso que últimamente la mayor parte de la literatura que leo está en vuestros blogs, es decir, en la pantalla de mi ordenador, sigo defendiendo las características únicas del libro de papel y he encontrado a alguien que lo explica  mucho mejor que yo:

El libro - Rodrigo Pérez Barredo*
El acto de abrir un libro, olerlo, acariciar con las yemas de los dedos su piel tatuada de promesas y regalarse el festín de su lectura es para muchos no sólo un placer necesario y una hora mágica e íntima: supone habitar un territorio feliz capaz de colmar el alma, conquistar un paraíso perfecto para náufragos fascinados. Borges decía que el libro era el más asombroso de los inventos del hombre, porque a diferencia de los otros, que son una extensión de su cuerpo, el libro lo es de la imaginación y de la memoria. Para quien esto escribe, el libro es tantas cosas que se haría necesario el periódico entero para expresarlas. Por ello diré, a despecho de los visionarios y los defensores del libro electrónico, de ese demonio llamado e-book tras el cual uno sospecha que hay una maquinaria de acoso que sólo busca rendimiento económico a la vez que imponer lo que debemos leer, que servidor piensa irse al otro barrio sin que sus cansados ojos se hayan posado una sola vez en tan aséptico, frígido e inodoro artilugio.
Llámenme retrógrado, carca; llámenme letraherido, romántico. Pero no es una cuestión de fetichismo. Se trata de memoria, de sentimientos, de amor, de ese no se sabe qué invisible que hace más habitable la vida. No cambiaría mi viejo ejemplar de El astillero -que todavía huele a Madrid en primavera, que tiene manchas de ceniza, gotas de lluvia o de lágrimas, anotaciones al margen- por las obras completas de Onetti en un cacharro de esos. Me quedaría a vivir para siempre en esa Santa María de papel, en ese tratado sobre la piedad y la desesperanza impregnado en tinta y manoseado hasta la extenuación antes que traicionar a lo único que no me ha defraudado nunca. Insisto: moriré sin leer en ese armatoste sin corazón. Y, pensándolo bien, no imagino mejor equipaje que un buen puñado de libros de papel para cruzar la orilla. Puestos a arder en el infierno, no se me ocurre nada más idóneo para atizar la hoguera. 

*Rodrigo Pérez Barredo es periodista y escritor burgalés. Esta columna de opinión fue publicada en Diario de Burgos.

12 comentarios:

  1. Suscribo sus palabras, un libro es un pequeño universo vivo.

    Un abrazo

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  2. Yo leo en ambos formatos. Y, guste o no, el libro electrónico será el futuro. Más allá de fetichismos que comparto, la comodidad de un ebook es tremenda. Yo ya no puedo comprar más libros de papel, y las bibliotecas tienen los mismos problemas de espacio que los particulares.

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  3. Yo soy también bastante antigua. Mi casa está llena de libros, me salen ya por las ventanas pero no me importa. No he probado con los e-book todavía pero lo haré. Yo creo que no son comparables. Un beso.

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  4. La evolución garantiza la supervivencia. Un libro en papel es todo un símbolo, no solo importa lo que contiene, la forma en que lo hace le da muchos matices, el olor de las hojas, la textura. Todo eso aporta algo más a la simple lectura de contenidos maravillosos. Sin embargo, siempre se puede encontrar maneras de completar lo leído con sensaciones que aporten otros formatos. Solo hay que buscar y alejarse de los tópicos sobre la electrónica y su frialdad.

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  5. Yo soy una nostálgica, me gusta el libro de papel, me parece un verdadero ritual pasar sus hojas, aspirar su olor, adornarlo con anotaciones, pero tampoco reniego del e-book por su comodidad, para mi es el formato para viajes y desplazamientos.

    Un abrazo,

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  6. Yo también prefiero los libros de papel a los e-books, pero soy realista y sé que éstos se están imponiendo. Sin embargo, espero y deseo que puedan convivir ambos en perfecta armonía.

    Un beso.

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  7. Duele eso de leer que quien que escribe tan bien sólo lee ultimamente literatura de blogs. Te recomiendo que abras libros, muchos, que te bañes en ellos, que los rasques, los mimes, los beses, los muerdas. No te nombraré ahora autores porque hay cientos, no te nombraré obras por el mismo motivo.
    Como leí:
    Cuanto más se lee menos se imita.
    Un beso.

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  8. Fantástica reflexión.
    yo soy de las de manosear, doblar, subrayar...pero sobre todo me gusta reconocerlos en la estantería y dejarme llevar por las emociones q aún me evocan.

    Pero seguro que el e-book también tiene su encanto.

    Un abrazo :)

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  9. Puck, yo debo ser otro antiguo, un demodé, mi casa está empapelada de libros, y mis días, y mis sueños, libros y mas libros, anotados, señalados, dibujados...

    Un abrazo

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  10. Estoy invadida o mejor dicho mi casa, llena de libros, me gusta verlos y tenerlos en las manos, ese placer es único. aunque reconozco las ventajas del e-book. Supongo que conviviré con las dos.

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  11. CDG, que conste que leo más cosas jeje pero últimamente no tengo demasiado tiempo y a ratos trasteo entre los blogs y junto cuatro letras para los jardines. Pero cuando puedo me encanta leer y lo hago en papel. Tengo un e-book sin sacar de la caja todavía... Y por cierto... admito sugerencias de lectura todas las que quieras. Envíame un correillo :-)

    A todos los demás, gracias por los comentarios. Quedamos algunos nostálgicos del papel. Creo que todos acabaremos leyendo en los e-book pero espero que no se pierda la magia del papel.

    Saludillos lectores

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  12. Pues la verdad es que yo pienso como él. Me encanta el libro en papel. Tiene su propia historia.

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