Me quedé solo preparando la instrucción del caso. Sobre la mesa del fondo todavía había algunos restos de la tarta de cumpleaños de la señora de la limpieza. Todo un detalle por su parte, pero yo ni siquiera la había probado. Hoy tenía demasiado trabajo. Siempre, me hubiera corregido ella. Solía ser el último en salir y ella decía que trabajaba demasiado. Apagué el ordenador y cogí del cajón la llave del candado de la bici. Volvería a casa pedaleando, así que podía permitirme un trozo. Algunos devoraron la tarta con ansiedad. Debía estar buena. Iba hacia allí cuando me interceptó. Casi me hace caer con la fregona.
- Perdona - dijo con una sonrisa, e incluso creí ver cómo me guiñaba un ojo mientras tiraba los restos de tarta a la basura.
Hasta que la policía me interrogó al día siguiente, no recordé que hace dos meses la despidieron por la crisis. La buscan por envenenar a todo el despacho con algún agente tóxico.
- Perdona - dijo con una sonrisa, e incluso creí ver cómo me guiñaba un ojo mientras tiraba los restos de tarta a la basura.
Hasta que la policía me interrogó al día siguiente, no recordé que hace dos meses la despidieron por la crisis. La buscan por envenenar a todo el despacho con algún agente tóxico.
La especulación llega a tu cocina.
ResponderEliminarTerrible. Terrible.
Los cabreos les pagan quién menos culpa tiene. Jeje.
ResponderEliminarHabra que dejar de comer en el trabajo, por si...
Besos desde el aire
Una vez más se demuestra que el trabajo es salud, jajaja. ¡Por los pelos se salvó!
ResponderEliminarMe gustó tu relato, 3l final ha sido sorprendente.
Un abrazo.
Buen micro y más real de lo que parece.
ResponderEliminarMe ha gustado espero que también le guste al jurado.
Un abrazo,
De la amabilidad de la señora de la limpieza al despecho de la trabajadora despedida por un camino sinuoso. Un jarro de agua fría cuando llegué al final.
ResponderEliminarSalvado por la campana!!!
ResponderEliminarMe encanta la de la limpieza envenenando al personal, con toda su buena voluntad.
Abrazos
Y que luego digan que el trabajo es malo, para lo único que parece ir mal es para la memoria, mira que no recordar que la habían despedido!
ResponderEliminarMe gustó Puck
Un abrazo
Bueno, esta vez sí que hizo un buen trabajo de limpieza.
ResponderEliminarEl relato me ha dado una idea. Luego vuelvo, que tengo que preparar una cosita en la cocina.
ResponderEliminarLos limpió uno por uno! Eficiencia, que le dicen. Genial, Puck!!
ResponderEliminarÉl trabajando demasiado y ella "limpiando" aún más. Ahora la puede defender y alegar locura debido al estrés del despido ¿no?
ResponderEliminarSuerte en el concurso.
Besos
Nada renacuaja, que no tenemos suerte!! jaja
ResponderEliminarUn abrazo!! Por cierto, la justicia apesta...
Un gran relato, Puck. Merecías estar entre los finalistas. Pero otra vez será. ¿Te lo pasaste bien escribiendo? Eso es lo importante.
ResponderEliminarUn abrazo.
De aquí nada es posible que ocurra.
ResponderEliminarSaludos.
Me parece fantástico cómo has ido llevando, paso a paso, al lector hasta el final. Muy bueno.
ResponderEliminarBesos con sabor a menta.
Si ya lo he dicho yo a propósito de alguos hechos reales. Tu entras como si nada y haces lo que quieres, y si suenas de vista ya ni te cuento.
ResponderEliminarDebió darse cuenta de que lo de la crisis es un motivo para seguir explotando y con el cabreo... Je, je. Me gusta como mantienes la incertidumbre de lo que va a ocurrir hasta el final. Un abrazo!!!
ResponderEliminarAlabama, son efectos colaterales de la crisis
ResponderEliminarRosa, hay que tener cuidado con lo que se come por ahí
Gloria, en este caso sí, aunque yo creo que hay algo más, hasta le guiñó el ojo... mmm
Esperanza, no hubo suerte pero el tuyo sí fue seleccionado no? suerte!
montse, la venganza se sirve con tarta
Anita, a todos, todos no.. que en el fondo tiene su corazoncito
ResponderEliminarPaloma, me alegra que alguien se haya dado cuenta de ese detalle, ni se había enterado que faltaba desde hace dos meses
Dr. Espinosa, bienvenido a los jardines
José Antonio, qué miedo!!! mejor no me invites a comer jeje
Sandra, ya no van a necesitar señora de la limpieza jeje
ResponderEliminarElysa, sí creo que le debería defender gratis jeje
Sucede, habrá que seguir intentándolo :-)
Nicolás, sí, jeje, eso es lo que importa
Toro, mmm creo que no lo entiendo
ResponderEliminarLola, gracias. Menta!! no sé de qué sabor era la tarta, ten cuidado
Cybr, completamente de acuerdo
Relatada, me alegro de que te guste
Saludillos
Limpieza exhaustiva.
ResponderEliminarUn abrazo no tóxico
Octavius Bot
Concuerdo con Octavio, eso sí que es hacer limpieza.
ResponderEliminarMuy buen relato, Puck, estos jardines siempre tienen bellas flores literarias.
Besos,
Humberto.
Menos mal que el médico me ha quitado el azúcar, procuraré no saltarme la dieta.
ResponderEliminarBlogsaludos
Octavius, hay que ser eficiente en el trabajo jaja
ResponderEliminarHumberto, muchas gracias
Adivín, no te fíes, lo próximo pueden ser unas pizzas jaja
Saludillos
Tendré cuidado con las comidas de "despedida". Has clavado el tema, ingenioso y bien contado.
ResponderEliminarAbrazos a dieta
NiñoCactus, si, jeje, es un apoyo a la operación bikini
ResponderEliminarSaludillos
Cuan simpático envenenamiento.
ResponderEliminarA la antigua, casero, nada de Chernobylidades ni Fukushimadas.
No cabe duda de que la pasaremos añorando aquellas hermosas épocas de Sodoma y Gomorra.
Carlos, jeje los clásicos son igual de efectivos
ResponderEliminarSaludillos