Nunca me han gustado las barreras. En cuanto aprendí a gatear, el salón de casa se me quedó pequeño y no hubo rincón que no explorara. Fue ponerme de pie y descubrir el mundo de las alturas. No había armario, cajón o encimera que se me resistiera. Y cuando llegué a alcanzar la manilla de las puertas... entonces llegaron las normas.
Primero no podía salir de casa sin permiso. Después mi límite fue la verja del jardín, con cuidado de no caer en la piscina. Unos días venían mis amigos y otros era yo el que los visitaba. Cuando en navidad nos regalaron las bicis nos lo dejaron claro. No podíamos salir de la urbanización.
Aquel muro se convirtió en un reto y conocer lo que había al otro lado una aventura. Las obras de casa de Mario nos lo pusieron fácil. Aprovechamos un descuido de los obreros para subir por el andamio hasta el tejado. Una vez arriba miramos al horizonte y permanecimos en silencio.
Aquel día nos hicimos mayores de golpe y cambió para siempre nuestra perspectiva de las cosas. Vimos el otro lado del muro y descubrimos la verdad. Vivimos en un barrio de chalets en una inmensa ciudad de chabolas.
* La última frase fue el germen de este micro. Es del documental "Europe is good?" de lemigrant e in-falibles y me pareció una de las descripciones más acertadas que he escuchado. Os invito a mirar al otro lado del muro.
La frase final demoledora le da al micro una fuerza increible,después de ese paso a paso en la búsquede de libertad y aprendizaje de los espacios, el final es como una gran puerta blindada que se cierra delante de las narices del protagonista.
ResponderEliminarAparte de esto, este micro me ha llenado de sensaciones nostálgicas, cuando los espacios y los tiempos, cuando niño, eran totalmente distintos a los de ahora.
Un beso, Puck
Demoledor, esa era la palabra y veo que también fue la de Torcuato. Un niño que va descubriendo el mundo, avanzando un muro tras otro hasta que descubre que vive en un gran muro.
ResponderEliminarEl documental me informaré más para verlo, gracias Puck por esta enseñanza
Un beso
Pufff...muros que se levantan para no ver la realidad, mientras unos no paran de ponerlos, otros se cansan intentando escalarlos para poder estar en el lado bueno...desgarrador.
ResponderEliminarExcelente micro Puck, un abrazo.
Esas son las cosas que lo hacen a uno mayor, conocer la cruda realidad.
ResponderEliminarMuy bueno Puck.
Un abrazo.
Hay un refrán que dice que ojos que no ven, corazón que no siente. Desde pequeños nos ponen muros, socialmente, ponen muros, culturalmente, ponen muros, económicamente, ponen muros... ¿para no sentir?¿para mutilar?¿para no avanzar?
ResponderEliminarRefrán cierto, pero totalmente paralizador.
Muy bueno, Puck.
Abrazos sentidos
Un relato que busca la libertad y que al encontrarla se enfrenta a una verdad miserable y desgarradora.
ResponderEliminarBuen micro Puck, con mucha miga.
ResponderEliminarUn abrazo
Buscar puede ser una actividad peligrosa para el espíritu.
ResponderEliminarMe alegra que los niños de tu relato supieran observar, y quizá sufrir, la diferencia. Que no todas las personas...
Un abrazo.
Torcuato, creo que el hecho de que la puerta esté abierta o cerrada depende de cada uno. Una vez visto lo que hay al otro lado, cada cual decide lo que hacer, cerrarla, pasar al otro lado, intentar cambiar el mundo... En cuanto a los espacios estoy completamente de acuerdo. No te ha pasado que has vuelto a algún sitio de la infancia y lo recordabas más grande?
ResponderEliminarAnita, yo pensé lo mismo al escuchar la frase.
su, los muros son de esas cosas que tienen millones de puntos de vista, depende desde donde se miren y quién los mire
David, completamente de acuerdo.
Su, abajo los muros!!!!
Puri, la realidad es así, cuando llegamos a una meta no siempre encontramos lo que esperábamos
Ángeles, gracias
Patricia, me ha encantado tu frase. "Buscar puede ser una actividad peligrosa para el espíritu". Me la apunto.
Saludillos
muy bueno, me gustó la parte de la bici, creo que es un mandato popular, a mi me decían: de esquina a esquina. yo aprovechaba y me iba a dar la vuelta al fin del mundo, osea a vuelta manzana, detrás de la casa.
ResponderEliminarPensé que había quedado grabado mi comentario, pero no :( te decía que lamentablemente, el mundo se ha vuelto extraño, tener éxito en la vida, rodeado de tanta miseria, parece ser un pecado, cómo nivelar al mundo sin parecer egoísta? Tu relato además de evocador, es una profunda reflexión social. Besos
ResponderEliminarla frase final es tremenda, pero me ha gustado aun mas que estos personajes se dieran cuenta de la diferencia, de que existía otro mundo, de que había gente viviendo en lugares con muros rotos y pobreza en las panzas.
ResponderEliminarmuy bueno puck
Puck, me parece que después de ver que hay más allá del muro del jardín, deseamos saber que existe al otro lado del pueblo... y así por siempre.
ResponderEliminarMe gustó, felicidades y un abrazo.
Preciosa reflexión, Puck. Y muy cierta. Viajar es la mejor manera de quitarnos ese velo que nos ponen al nacer. Hay otras gentes, hay otros mundos. Aquí al lado. Y tan lejos...
ResponderEliminarUn beso admirado.
Juan, era la vuelta al mundo, porque entonces el mundo cabía en una manzana :-) y antes de la bice sólo en una calle. Qué tiempos!!!
ResponderEliminarArstistalight, creo que las diferencias son inevitables y es difícil "salvar" el mundo pero todo comienza por tener conciencia de ello
Escarcha, creo que todos debemos mirar al otro lado del muro y saber que existe
José Manuel, por supuesto, y espero no perder nunca ese afán de conocimiento
Kum, coincido plenamente en esa definición viajera
Saludillos
Fenomenal ese paseo infantil que se nos hace adulto de golpe y nos convierte la sonrisa que teníamos mientras nos sentiamos identificados con el niño, en tristeza tras el descubrimiento de una realidad que no nos es ajena pero que, a pesar de nuestra altura, nos cuesta ver. Un relato muy bien escrito y desarrollado. Un abrazo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo que dices, Puck.
ResponderEliminarCon tu permiso, pongo tu micro en la sección de mi blog: Lo mejor de la semana.
Un beso.
Tiene muy buena pinta el documental. Y la frase final realmente es "inmesa"
ResponderEliminarMaite, nunca es tarde para dar un vistazo al otro lado del muro :-)
ResponderEliminarTorcuato, es un honor, mil gracias
enmalestado, coincido, la frase es contundente. El documental ha recibido un premio en un festival de Extremadura, creo. Toda la información está en su web.
Saludillos
Hola, vengo del blog de Torcuato. Que de sensaciones y recuerdos me ha provocado leerte.
ResponderEliminarY el final, bueno, contundente.
Saludos desde Salta, Argentina.
Luna, bienvenida a los jardines, espero que te gusten
ResponderEliminarSaludillos
Me ha encantado el texto. Al principio me trasladé a mi infancia en seguida y fue agradable. Al final pensé que todavía me quedan muchos muros por saltar. Un texto que parte de una dulce realidad para terminar con una verdad dificil de digerir. Un abrazo. Iria L.
ResponderEliminarIria, bienvenida a los jardines y gracias por el comentario. Todos tenemos muros por saltar.
ResponderEliminarSaludillos
Muy bueno Puck, también me acordé del Muro de Pink Floyd.
ResponderEliminarHay tantos muros y los peores no se ven.
Un abrazo
R.A, ¡es verdad! Me gusta esa canción. Además, estoy de acuerdo contigo. Para poder saltar un muro primero hay que verlo.
ResponderEliminarSaludillos navideños