miércoles, 3 de noviembre de 2010

Desde la playa

Cuando no pudo más cerró los ojos un segundo. Sólo un segundo. Y sin darse cuenta las olas la devolvieron a la playa depositándola sobre la arena como si nada hubiera pasado.
Era el fin de su segundo intento de abandonar la isla. Esta vez realmente llegó a creer que lo conseguiría. Y otra vez estaba allí. Las mismas palmeras, la misma playa.
Lo había organizado todo para irse sin hacer ruido, sin dejar huella, pero todo había salido mal. Una brazada... tormenta...otra brazada... calambres... otra brazada...
Sentada en la arena, mirando al horizonte azul, se sintió triste, derrotada y sola.
Quizás debió saltar desde el acantilado sin posibilidad de retorno. Quizás la próxima vez. Quizás la rescate algún barco. Quizás alguien lea el mensaje lanzado al mar en una botella.
Cuando no pude más, cerré los ojos un segundo...”


19 comentarios:

  1. Ohhh, finalmente te rescataron y estás por aquí. Como conseguirías salir de ese bucle... no pregunto que luego me llamas cotilla ;)
    Un abrazo de bienvenida!

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  2. Al menos tú volviste.

    Bienvenida...

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  3. Lo podíamos llamar el micro ola. Va y viene, va y viena,...

    Blogsaludos

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  4. Anita, jeje, lo de cotilla era mas bien una invitación a escribir la conversación pendiente :-)

    Su, gracias aquí estamos de nuevo en los jardines

    Adivín, me gusta la definición :-)

    Saludillos náufragos

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  5. Bienvenida. Veo que trajiste micro debajo del brazo. Me recordó en la atmósfera a algunos pasajes de "Lost".

    Un abrazo

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  6. Los parpadeos son instancias muy peligrosas, Puck. Uno puede cerrar los ojos en Viena y abrirlos en Katmandú. ¡De verdad!
    Abrazos continuados,
    PABLO GONZ

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  7. A mi también me recordó a Lost. Estoy acabando ahora la quinta temporada y estoy OBSESIONADO!

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  8. Pero... para qué demonios querría alguien salir de esa isla?

    ¿Para volver... a dónde?

    Un gustito leerte otra vez, Puck.

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  9. Puck, releo el relato sustituyendo "isla" por "melancolía". Entonce pasa de ubicarse en la abertura inmensa de la naturaleza, al paisaje intimista de la conciencia. Y puedo sentir su enorme esfuerzo por salir del sitio en el que está atrapada. El esfuerzo y la frustración. Tal vez un día despierte y la isla haya desparecido. O sea en cambio su destino el esperar que alguien la rescate.
    Abrazo

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  10. Un segundo es lo que hace que cambie nuestro destino de forma irremediable. Me ha recordado al "papá un minuto más..." que sabe tan rico, o no.

    Un abrazo

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  11. Agus, confieso que este mensaje llevaba un tiempo en su botella...

    Pablo, por supuesto. Recientemente los he cerrado en El Cairo y abierto en Madrid

    Enmalestado, obsesión compartida. Me vi las últimas temporadas casi de un tirón.

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  12. Kum, todo depende de lo que haya en la isla y lo que se espere fuera :-)

    Julio, todos tenemos nuestra isla particular

    Bicefalepena, para cambiar de rumbo solo hace falta un segundo

    Saludillos náufragos

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  13. Pues a mí me pasó. Cerré los ojos más o menos en Buenos Aires y los abrí más o menos en las Canarias. Iba en un avión, claro. Que pilotaba otro tipo. Uno con gorra, creo. :)

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  14. jeje, Pablo, es importante que sea otro el que pilote :-) o la historia sería diferente. Saludillos viajeros

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  15. Me ha gustado este bucle Puck, comodice Julio los bucles pueden ser físicos, psíquicos pero en cualquier caso son como una prisión. Conseguis provocar cierta angustia en el lector.

    Saludín

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  16. R.A, gracias por tu visita y por tus palabras. Saludillos

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  17. El infinito en un parpadeo.
    Un beso.

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  18. Puck, parece que estamos conectado en historias. A ver si tenemos que colaborar en algún micro. Se me está ocurriendo una idea... ya te diré a ver que te parece.

    Tu micro me ha gustado mucho por el tema tan bien contado de la soledad en una isla. Debe ser inquietante.

    Un abrazo.

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  19. Torcuato, se me pasó este comentario en algún parpadeo. Gracias con retraso por la visita

    Nicolás, cuenta, cuenta...

    Saludillos isleños

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