Ha puesto todas sus cartas sobre la mesa.
Las reglas de este juego, si es que existen, no están claras. Las marcan los jugadores. Cambían en cada partida y en cada momento. A veces no hace falta ni sacar la baraja para saber el resultado. En otros casos se puede alargar de forma indefinida, quien sabe si infinita, o quedar de repente en tablas.
Los participantes tienen libertad de movimiento y pueden abandonar la mesa en cualquier momento sin previo aviso o mediante acuerdo. Se puede romper la baraja, guardarla o usarla para jugar al mus con los amigos.
Tan complejo es terminar una partida como empezarla. Se puede esperar una invitación formal o abrir juego.
Esta vez, y sin que sirva de precedente, se ha sentado y ha puesto todas sus cartas sobre la mesa. No puede hacer más. Esperar un guiño, una señal, un movimiento. Será la próxima jugada. Pero no está en sus manos.
Así es el juego. Hagan sus apuestas.
Como la vida misma.
ResponderEliminarUn saludo
Eso he pensado yo, el juego de la vida. Pues juguemos, no? Quien da?
ResponderEliminarlas cartas estan puestas...
ResponderEliminarY como dice la canción... Y que sea, lo que sea...
ResponderEliminarAbrazos
Exacto, a jugaaaar!!!! y añado otra canción, en este caso de Aute:
ResponderEliminar"Quien pone reglas al juego
se engaña si dice que es jugador"