viernes, 3 de septiembre de 2010

Tenemos que hablar

Tenemos que hablar. Siempre he odiado esa frase. No augura nada bueno. La crónica de una muerte anunciada debería haber comenzado así. Seguro que hay una norma de protocolo que dice que es la forma correcta de dar malas noticias. Siéntate. Tenemos que hablar. Y lo mismo sirve para comunicar la muerte de la abuela, que han llegado las notas con cinco ceros como cinco soles o decir adiós, que te vaya bonito.
Quizás por eso pensé que era la mejor forma de comenzar una conversación imposible que creo saber cómo terminará pero que no quiero evitar por más tiempo.
Nos conocemos desde críos. Jugábamos juntos en la plaza cuando no había ordenadores. Fuimos juntos al cole. Nos perdimos la pista en la universidad y volvimos a encontrarnos. Hemos compartido experiencias, nos hemos contado la vida con pelos y señales, amores, desengaños.. y hemos pasado juntos alguna que otra borrachera que termina ensalzando la amistad.
Quizás por eso pensé que tenía que planificar bien mis palabras y dejar abierta una vía de escape para poder salir airoso.
Tenemos que hablar. A las nueve donde siempre.

P.D. Otros personajes que "tienen que hablar". Bella de Javi y Ana de Anónima Mente

2 comentarios:

  1. Me conmueve lo que has escrito Puck, no sabría decir por qué me ha puesto triste. Sí, tenés razón, tenemos que hablar es una frase - piedra volando, espada sin vaina, ojos de hielo.

    Un abrazo.

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  2. Saludos Patricia, aunque la frase tenga mal fario (que lo tiene) luego las conversaciones pueden tener vida propia y terminar con una sonrisa :-)

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