
No te abro las puertas. No te regalo flores, ni siquiera en las fechas señaladas. Nunca he cantado bajo tu ventana y no es porque acabe lloviendo, que eso también. No recuerdo tu helado preferido, ni la camiseta que llevabas el día que nos presentaron en... Yo creo que fue en un concierto de Sabina pero tú aseguras que estuviste, meses antes, en el cumpleaños de una amiga común. Me duermo antes de que llegues, no siempre te cuelas en mis sueños y, por las mañanas, no te despierto con un beso. Tú tampoco haces ninguna de estas cosas. Eso sí, me batiré en duelo con cualquiera que niegue que eres mi caballero, compañero de andanzas y fatigas. Juntos no hay molino ni batalla que se nos resista.