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Aurora para Triple C
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La casa entera se desplomará sobre ella pero no se moverá de allí. Lleva días, quizás semanas, meciéndose sola junto a la ventana. Hace días, quizás semanas, que cerró los ojos para siempre, pero no quiere moverse de su rincón preferido. Sobre la ruinas de su casa levantarán una nueva, más lujosa y más llena de gente, con niños que corren por el pasillo y un perro guardián en vez de gatos. Todo será diferente salvo el sonido de la mecedora sobre la madera cada noche de luna llena.
Conozco a alguien así... :(
ResponderEliminarReina, creo que todos conocemos a alguien así...
EliminarPuck, entre tierno y tétrico este relato de Triple C. Uno no sé si escoge los rincones preferidos o son esos rincones los que le eligen a uno. La cuestión es encontrarlos y disfrutarlos, incluso después de muerto.
ResponderEliminarMe gustó como lo presentaste y ambientaste.
Abrazos.
Nicolás, me gustan esos dos adjetivos para decribir el relato
EliminarAhora entiendo esos ruidos por la casa en ciertas noches. Como dijo Mr. Jarque, tierno y tétrico a partes iguales.
ResponderEliminarUn abrazo desde mi rincón,
Octavius bot
Octavius, todos los ruidos tienen su motivo jeje
EliminarPerfectamente a juego con la imagen Puck, una sintonía absoluta, muy logrado.
ResponderEliminarUn beso
Paloma, gracias, me alegro de que te guste
EliminarEse sonido de la mecedora envuelve toda la historia una vez leída.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
CDG, esa era la idea... gracias
EliminarQuedará nuestra huella patente para los demás, en nuestras viviendas, una vez que nos hemos ido? Yo al menos siempre percibo la presencia de mi padre en la casa de campo que tanto le gustaba a él.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Gloria, buena pregunta, yo creo que algo siempre queda
EliminarUna buena historia Puck.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Rosa, gracias
EliminarEl tipo de historia que me gusta. Y, encima, con gatos. ¿Se puede pedir más?
ResponderEliminarUn abrazo,
D.
David, me alegro de que te guste :-)
EliminarPrecioso relato.
ResponderEliminarBesos,
Aurora, gracias a un precioso dibujo
EliminarSiempre es dificil dejar atrás tu vida, el sonido de la mecedora me encanta,
ResponderEliminarun beso
marialuisa, gracias por tus palabras
Eliminar¡Huy! Esta historia da un poco de miedo. Fíjate que me ha recordado a la madre de Norman Bates en Psicosis ;-)
ResponderEliminarUn beso, Puck.
MJ, jajaja un poco sí, jajaja
EliminarNo importa lo que cambien, el sonido de la mecedora siempre estará allí. Precioso relato.
ResponderEliminarBesitos
Elysa, gracias, hay cosas que permanecen
EliminarSiempre queda algo del pasado en cada rincón.
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