Desde
que tengo memoria, me gusta sentarme junto al fuego en el pequeño
tajo que la abuela utilizaba para llegar a los armarios más altos.
Ella siempre me regañaba - ¡Niña! Aparta de la lumbre que te vas a
achicharrar y a quedar churruscadita como los lechoncillos – Pero
después ponía esa sonrisa picarona y me daba unas almendras que
sacaba del bolsillo del delantal. ¡La de cosas que cabían en ese
trozo de tela descolorida!
El
resto nunca me hace caso. Van a lo suyo y no paran de hablar. No me
importa. Me encanta escuchar historias. El Manuel, el de la
panadería, le tira los tejos a la hija de la Antonia. Pero no de los
de verdad, que esos hacen daño, sino bonitos, como las flores, que
no dan de comer pero gustan. Eso dice la Dolores, la vecina de enfrente,
que falta muchos días porque se pone mala de lo suyo. Ya nadie le
pregunta.
Palabras
y puntadas tejen la noche. Pocas veces se hace el silencio y,
entonces, se oye el crepitar de la leña quemándose y el viento tras las paredes
de piedra. En invierno nieva y todas dejan las almadreñas en la
puerta. Faltan las mías. Mamá las guardó cuando me cayó
encima aquella teja. Desde entonces no me habla. Yo he dejado de
intentarlo. Pero algunas noches, antes de que lleguen las vecinas, ella
acerca el tajo al fuego y siento que me deja una caricia en el aire.
Carmencita me ha dado la alegría de quedar en 2º puesto en el II Concurso de Relato Breve "Leonardo Barriada" que organiza la Asociación Félix de Martino de Soto de Sajambre
Mi más sincera enhorabuena. No sé cómo serán el resto, pero éste relato merece sin duda ese reconocimiento. Me gustó mucho. Y aprecio cada vez más crecimiento en tus letras.
ResponderEliminarMiguelángel, gracias! Me alegra que te guste y que veas evolución :-)
Eliminar¡Enhorabuena, Mar! Espero que disfrutes como lo hice yo el año pasado en la entrega de premios y puedas conocer Soto de Sajambre, la labor de recuperación cultural y aquellos parajes.
ResponderEliminarAbrazos.
Nicolás, ¡¡¡gracias!!!! Sólo podré ir un día, pero seguro que es genial.
EliminarFelicidades Mar! Gran sensibilidad en tu texto.
ResponderEliminarUn abrazo
Mei, :-)
EliminarEse costumbrismo que rodea el micro lo hace merecedor del reconocimiento. Felicidades.
ResponderEliminarSaludos
Nel, me gustan muchos esos ambientes costumbristas
EliminarEnhorabuena amiga!!
ResponderEliminarQué bien ha tenido que sentarte este segundo premio, a mi juicio muy bien otorgado.
Nicolás el año pasado, dijo que Soto de Sajambre era precioso. Y yo lo suscribo porque hace muchos años anduve por allí en la boda de una amiga, tal día como HOY ¡¡se casó el 27 de julio, y nos fuimos de puente!!
Tu texto me encanta, por la sensibilidad y por lo bien que recreas la escena, con el Manuel, y con todos los personajes que has incluído.
Felicidades y un gran abrazo!!.
Laura, gracias! Como le decía a Nicolás, no podré ver mucho, pero la zona de picos de Europa a mí me encanta y como no está lejos seguro que volveré... como al norte de mi provincia jeje :-)
EliminarEnhorabuena Puck.
ResponderEliminarDisfrútalo todo lo que puedas.
Saludos.
CDG, gracias
EliminarEnhorabuena, Mar, por ese segundo puesto. Es un gran relato, nos metes en el ambiente rural con maestría y al final descubres el secreto de la niña. Disfruta de Soto de Sajambre, es precioso.
ResponderEliminarBesos