Cuando
desperté noté algo extraño. Sentado en la cama, me froté los ojos
y busqué mi reflejo en el espejo. No era un monstruoso insecto
kafkiano. Bostecé. Volví a mirar y lo comprendí todo. Tendida
desnuda sobre la cama, dormía una preciosa mujer. Por favor, que
nadie me despierte.
Esos despertares fueron mi caótica entrada en la desastrosa (para mí) edición anterior. El viernes 13 vuelven a convocarse las Microjustas. Pinchando en la imagen tienes toda la información. ¿Te apuntas a un duelo? No olvides tu máscara... así los jueces no te reconocerán
Hala, ya estoy con la historia de siempre: ¿me apunto, no me apunto?
ResponderEliminarPero bueno, eso es mi problema.
La cierto es que agradezco mogollón que me informéis de que empiezan las justas, participe o no, las siga o no.
Gracias
No es un sueño...
ResponderEliminarMira que yo no me aclaro con esto de las justas. Pero me encanta leeros.
Besos desde el aire
Puck, espero que elijas un buen disfraz y que escribas microrrelatos tan buenos como este. Te auguro, de esta forma, una buena trayectoria.
ResponderEliminar¡Suerte!
Abrazos.
Allá nos cruzamos, aún sin re-conocernos, larga vida.
ResponderEliminarYa podrían las ranas haber tenido unos mínimos servicios, je je.
Suerte en la arena.
Saludos.
Mañana regresa el circo. A vestirse, o desvertirse, toca.
ResponderEliminarSuerte...
Un beso.
Buen juego de confusión realidad - oniria. Salvo que el que esté dormido sea yo y lo haya visto mal, que no es nada desdeñable.
ResponderEliminarÁnimo en la próxima edición. Yo ya sabes que no soy de duelos, que ya arrastro bastantes derrotas, gana a otro.