Reconocería esa voz en cualquier parte. Le mira desde lejos y recuerda las aburridas clases de economía. Siempre se ha preguntado cómo pudo aprobar con él sentado dos fila más adelante.
- ¡Carlos!
Hola, ¿qué tal te va? ¡Cuánto tiempo!
- Hola... eh...
¿nos conocemos? ... eres amiga de... ¿no?... ah...
sí... ¿de la universidad...? ¡Éramos tantos!...
- Perdón, creo
que me he equivocado.
Mientras se aleja
trata de autoconvencerse de su error. No hubo noche de aquel cuatrimestre en la que no se colase en sus sueños pero, aunque realmente no compartieron nada más que apuntes, está segura de que la
recordaría. Así que decidido. No es él. ¿No dijo María que Carlos se fue a Suecia?¿O era Suiza?
Ay el autoengaño, o no.
ResponderEliminarCybr, la memoria es el único lugar en el que las cosas ocurrieron como nosotros pensamos
EliminarCada uno arrastra sus recuerdos y sus desencuentros con el pasado.
ResponderEliminarDoble de abrazos.
Lola, sí, creo que hay múltiples realidades, la que ocurrió y la que cada cual cree que ocurrió
EliminarEste micro me lleva a aquellos versos del maestro Sabina que dicen que no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió.
ResponderEliminarMi abuelo lo explicaba de otra forma, pero no se puede poner por escrito. :-)
Un abrazo,
Pedro, me quito el sombrero. Mira que no recordaba yo esa referencia sabinera que viene tan a cuento. Esa o el "tratado de impaciencia" que va también por ahí y me encanta.
EliminarY me quedo con las ganas de saber qué decía tu abuelo... anda, mándame un mensajillo (losjardinesdepuck@gmail.com)
Puck, cuando la historia no nos conviene es mejor cambiarla, si se puede, aquí el ejemplo. No hacemos daño a nadie, bueno a nosotros mismos, pero ¿qué más da? Los soñadores somos así.
ResponderEliminarAbrazos.
Nicolás, a seguir soñando :-)
EliminarPara que luego digan que solamente se vive una vez... Já!
ResponderEliminarAbrazos suizos.
Bicefa, vivimos, recordamos, modificamos... algunos hasta escribimos micros con esas historias jeje
Eliminarsaludillos