Se gana la vida en la pista del circo siguiendo la tradición familiar, aunque la vida le ha llevado donde nunca hubiera soñado su abuelo. No fue el primero en ponerse una nariz roja de payaso. Y nadie recuerda quién inventó el truco de la chistera. Abracadabra. Nada por aquí, nada por allá. Dicen los cánones que debía salir un conejo blanco, pero es difícil encontrarlos en el polo.
Me cae bien ese pingüino más allá de cánones.
ResponderEliminarUn saludo.
CDG, porqué será que los pinguinos nos parecen animales simpáticos?
EliminarHay que innovar. Muy simpático.
ResponderEliminarCybr, gracias :-)
EliminarPuck, un relato simpático que yo he entendido que va más allá, he querido pensar que tenía su simetría con Miliki y su hijo Emilio Aragón, supongo que estaré equivocado, pero así lo he visto.
ResponderEliminarEs complicado huir del destino, pero a veces se logra.
Te agradezco que realizaras y hayas publicado el ejercicio literario. Te ha salido de diez.
Un abrazo fuerte.
Nicolás, gracias por la iniciativa y creo que un poco del circo de cuando éramos niños sí se coló entre las musas
EliminarLo leí ayer en fb y me encanto, sobre todo como cierras el micro.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Rosa, mil gracias guapa!!
EliminarMe gusta mucho este micro, Puck. Por lo que dice explícitamente -gracia a tu acertada elección de la prosa- y por todo lo que sugiere, sobre todo a aquellos que siempre nos hemos sentido pingüinos perdidos en el polo norte.
ResponderEliminarUn abrazo,
Pedro, me alegra no ser el único pulpo en el garaje de estos lares :-)
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