domingo, 27 de febrero de 2011

Ranas de otros jardines

GRAAAAAAACIAAAAAAAS a todos por alegrarme el día de mi cumpleaños, emocionarme y ponerme una sonrisa. He recogido aquí las ranas que me fui encontrando por ahí para guardarlas a modo de charca-joyero e invitación para que aquellos que lean esto puedan saltar de un jardin a otro.

Kum - Haikum


Depropio - Las palabras que me sobran
 La reina de las ranas ordenó a todos sus súbditos invadir cierta ciudad que no pagaba los tributos. Y hacia allá se dirigió una enorme columna de ranas que ocupaban todo el ancho del camino y dos o tres leguas de longitud. Todas las ranas marchaban, saltando al unísono, como el gran ejército que eran. Todas menos la joven Puck, que, perdida en mitad del batallón, saltaba cuando todas reposaban y esperaba en tierra cuando todas volaban. De este modo, ella podía mirar el mundo por abajo cuando las demás volaban y por arriba cuando las demás esperaban.

Ángeles Sanchez - Mundo en un grano de arena
Mamá se despertó sobresaltada; tenía desde hacía años una serie de presentimientos que acababan cumpliéndose. Bajó las escaleras y encendió la radio. Tras oír la noticia subió a despertarnos. Nos contó que había soñado con una tremenda lluvia de ranas. Además lo habían anunciado en el parte metereológico de las siete: daban lluvia de ranas para la noche.
Empezó a prepararlo todo con ilusión, las botas de agua, los paraguas, los chubasqueros, y hasta cogió una red que papá usaba para pescar.
Ya por la noche fuimos todos con linternas hasta un campo cercano a Burgos, donde vivíamos.
Yo encontré la rana más intrepida de todas, la primera que bajó de las nubes con un paracaídas verde, la cogí con mis manos, mientras ella me sonreía. Además, lo sorprendente es que llevaba un papelito entre sus patas que decía: Feliz cumpleaños Puck!!!.
Y es que las ranas, son muy listas.
- A ver niñas, una, dos, tres, cuatro, ... ¿quién falta?
- Yo estoy mami
- Yo también
- Y yo
- Presente
- ...

Mamá se volvió hacia una hoja de nenúfar bajo la que escuchaba claramente el canturreo "ahora es demasiado tarde, princesaaaa" y al levantarla encontró a Puck muy afanosa escribiendo.

- ¿Ya estamos hija? ¡Siempre igual!
- Pero mami ¡es que hoy es mi cumple!
- Pues por eso, hija, te he preparado un banquete de moscas y libélulas que te vas a chupar las ancas.
- Mamá, sabes que yo no como libélulas ni moscas, prefiero una ensaladita de flores y hierbas del jardín.

Y mientras discutían el menú, los jardines de Puck se llenaron de amigas y amigos de todos los colores, que venían a celebrar su CUMPLEAÑOS!!!!



Amistades varias
Llegó al colegio con las coletas deshechas y las uñas llenas de tierra.  Otra vez, todos los días.
Las niñas malas coreaban, fea más que fea, desastrada.  Mar caminó derecha a su pupitre con los ojos bajos, sin llorar. Tonta, más que tonta, cara sucia.  Abrió el cuaderno de puntas amarillas y líneas emborronadas.  Esperó un poco, en silencio.
Al oír los gritos sonrió a medias, bajó la mano a la altura de sus tobillos: "Ven aquí, Puck, salta.  ¿Qué hacías bajo su mesa?  Ranita lista más que lista"
Tenía unos jardines.
Unos jardines poblados por habitantes de lo más variopintos.
Habitantes que abandonaron sus cuentos para convivir con ranas de ojos saltones.
Tenía unos jardines.
Jardines ambientados con canciones de Sabina.
Canciones de Sabina que tarareaba mientras los cuidaba.
Tenía unos jardines.
Unos jardines únicos porque ella era única.
Eran sus jardines.
Los jardines de Puck


NiñoCactus - Borrón y cuento nuevo

“Vecinos de la pedanía de El Rebolledo asisten atónitos a una lluvia de ranas diminutas
El extraño fenómeno meteorológico se produjo el pasado jueves tras las intensas lluvias”

Decía mi abuelo que la explicación para las preguntas sin respuesta está en los cuentos. Al leer esta mañana el periódico recordé una de las historias que me contaba antes de ir a dormir. Hablaba de una rana, Puck, que miraba con desaliento el humedal donde su extensa familia vivía apelotonada, y observaba anhelante el cielo vasto y limpio allá arriba. Soñaba cómo sería nadar en aquel enorme estanque de agua, sin la necesidad de pedir perdón cada vez que chocaba con alguna de sus hermanas.
Pasó meses y meses imaginando mil formas de llegar a lo alto. Pensó que quizás podría alcanzarlo al saltar desde la última rama del árbol más grande; o tal vez pidiéndole al águila que la llevase entre sus alas; o a lo mejor aprovechando un día de vendaval... Probó cada una de sus ocurrencias y nada, sólo obtuvo un fracaso tras otro.
Una noche, mientras croaban juntas a la luna, ideó un plan casi infalible. Así pues, convocó una reunión general y expuso su proyecto. Si todas las ranas se subiesen unas encima de otras, construyendo una torre; al brincar primero la de abajo y luego, en el aire, saltasen las siguientes sucesivamente; conseguirían sumar su energía y tocar el firmamento.
La operación no se hizo esperar. Rápidamente comenzaron a colocarse según las indicaciones de Puck, dejándole a ella el puesto de la cima.
-¡Ahora! –gritó cuando estuvo preparada. Y una a una fueron ejerciendo con sus patas toda la fuerza de la que eran capaces.
Puck subió y subió y subió atravesando las nubes hasta perderse de vista. El resto de su familia se congregó en la orilla a la espera de su inminente descenso con los ojos puestos en el cielo. Sin embargo esto nunca ocurrió. Pasaron varios días así, hasta que comenzó a dolerles el cuello, y decidieron volver a su rutinaria vida.
Habrá caído en otro lugar, decían algunas. Estará nadando donde siempre quiso, pensaban otras.
Yo ahora sé cuáles tenían razón.
Junto al río
lavaba y lavaba
la niña bonita
no sabe lavar


Una pequeña ranita
la mira sin pestañear
Ésa niña bonita
no sabe lavar


Se le acerca la ranita
y le quiere hablar
la niña sonríe
sin dejar de soñar
sueños blancos...
como la espuma del mar


Lava que te lava
y la ropa...
no se acaba
tiene ganas de llorar


No llores niña mía
que te vamos a ayudar
un ejército de ranas
se puso a lavar
en un santiamén
terminó la colada
y es que la rana era...
una rana encantada.


Ya nunca volveré a lavar
sueña la niña
y se oye un cantar


La  ranita sonriente
la boca sin un diente
le canta un cantar
Una vez el año querida niña
lavaremos tu ropa
sólo una vez al año
y será...
 el día de tu cumpleaños


FELICIDADES PUCK!!!!

jueves, 24 de febrero de 2011

Cuéntame un cuento

Acurrucada en el sofá me dejo llevar cada noche por bosques mágicos, galaxias habitadas y casas de chocolate. Las hadas me conocen por mi nombre, los animales juegan conmigo y el príncipe siempre me besa antes de dormir. Cada noche, después de cenar, me recuesto a su lado, apoyo la cabeza en su regazo y le pido: cuéntame un cuento.


martes, 22 de febrero de 2011

Lo que le sobra a FERNANDO VICENTE

No sé si es alto o bajo. Gordo o flaco. Quizás vista de traje y corbata o sea fiel a los vaqueros. No sé si prefiere la música clásica o toca la guitarra de aire cuando suenan los Rolling. No sé lo que es, lo que aparenta o lo que le gusta,  pero conozco bien lo que le sobra: palabras.
Las propias, que conmueven, que se te quedan clavadas, te piden una relectura y, en ocasiones, te dejan el regusto amargo del pan negro de antaño que sabe a soledad. Y también las palabras heredadas a la inversa con esa lógica infantil e incontestable que demuestra que el mundo puede encerrarse en menos de cien palabras y no hace falta pornerse el arma en la sien para conseguirlo.    

Si no me creen, pregunten a depropio por Fernando Vicente en:
Advertencia: cuidado!! engancha!!


Pan negro

Mi madre fue una niña de la posguerra y, aunque no le gustaba hablar de aquellos años, siempre contaba las mismas dos cosas de su infancia. La primera, que una vez le prometió a la virgen de su pueblo casarse con un panadero, para comer pan blanco en vez de mendrugos de pan negro. La segunda, que en todas las casas, no importaba el bando, había una foto con crespón negro y una silla vacía. Por eso se casó con mi padre y por eso le gustaba que nuestra casa estuviera llena de gente.
Papá murió hace dos años y, al poco, mamá enmudeció. Decidimos ingresarla en una buena residencia porque ninguno la podíamos atender. Pero yo vengo a verla los domingos por la tarde. Le enseño fotos de sus nietos, que mira en silencio. Luego le traen la merienda y observo cómo mordisquea una tostada de pan integral y con la cuchara da vueltas al cafe con leche, dibujando un círculo infinito.


Lógica deductiva

Durante la cabalgata de reyes, mi hija se suelta de mi mano y se lanza delante de uno de los tractores a coger caramelos. En el último instante, la logro agarrar del abrigo y la salvo del atropello.
- ¿Sabes lo que hubiera pasado si no te agarro? - legrito, muy enojado
- Que me hubiera muerto - dice, mirando al suelo
—Y entonces, ¿qué  hubiera pasado? —insisto para reforzar la reprimenda.
—Que los Reyes no me habrían traído nada —concluye, más compungida

Cuando regresamos del entierro de mi esposa, quise deshacerme de algunas cosas, que me dolían como si nos las hubiéramos dejado fuera del ataúd. Abrí armarios, archivadores y cajones y fui seleccionando su contenido. Cada foto, cada tarjeta de restaurante en el que habíamos comido, cada postal recibida o comprada,  en fin, cada recuerdo que encontré, tuvo un destino: lo que deseaba conservar lo dejaba en una caja que había marcado con rotulador con un SI y lo que quería tirar lo arrojaba en otra marcada con un NO.
Al cabo de una hora descubrí que, cuando no me daba cuenta, mi hija de diez años cogía brazadas de cosas  y las cambiaba de una caja a otra.

domingo, 20 de febrero de 2011

Mi mamá no miente

Mi padre no me quiere. Me lo ha dicho mi mamá. Una y otra vez. Y mi mamá no miente. Dice que nos abandonó. Ahora estamos solas. Los hombres no son de fiar. Y mi padre menos, que nunca ha querido saber nada de mi.
Mi madre no miente nunca, pero a veces confunde las palabras. Tardé años en entenderlo. Mi padre no la quiere. La abandonó. Pero yo no soy ella. La quiero y sé que nunca miente. Me quiere y espero que entienda esta llamada.
- ¿Papá? -

jueves, 17 de febrero de 2011

La musa

Era un clon de la Bella Durmiente, pero solo por fuera. Por dentro era la madrastra de Blancanieves y en los espejos no se reflejaban sus cabellos dorados. Su affaire con el conde Drácula le dejó secuelas. Por eso dormía de día y vagaba de noche buscando en los tugurios escritores en vela. Les seducía, les susurraba al oido y, cuando creían haber encontrado a su musa, se desvanecía siguiendo el camino de baldosas amarillas que conduce a Nunca Jamás.  Cuenta la leyenda que un joven poeta consiguió atraparla en un verso, pero nadie ha podido demostrarlo. Yo sigo leyendo todo lo que cae en mis manos buscando los ecos de su voz y alterno cada noche esperando parecer lo suficientemente desesperado para que se acerque y me inspire.


Para Concurso ImaginArte Minificciones en Cadena con la frase de inicio: Era un clon de la Bella Durmiente.
El relato ha quedado finalista. Si te apetece votarlo: Finalistas Imaginarte MInificciones

martes, 15 de febrero de 2011

HAIKUM: el hogar del señor K.

Vive en una casa sin espejos donde habitan duendes, hadas y otros espíritus con los que parece haber entablado una estrecha relación. Esto le distrae de la televisión que incluso apaga con mayor frecuencia de lo habitual. Además, más allá de sus propios gustos y estravagancias de naúfrago entre dos paraísos, tiene la osadía de dejar por escrito las crónicas de su vida, cantos de cisne y señales para otros habitantes de este planeta a los que visita llevándoles, como regalo, sombreros. En estos tiempos de prisas y crisis, regenta un reducto de tranquilidad donde con el dominio de la palabra, con haikus que se cuelan más allá de las neuronas, con cuentos que tocan el corazón, ejerce su actividad. Es masajista de almas.

Le podéis encontrar en: Haikum

Y por si todavía no os he convencido de todos los placeres que vais a encontrar en el hogar de Kum, os dejo un anticipo para ir abriendo boca. Para disfrutarlo, lo primero es apagar el televisor, poner buena música de fondo y dejarse leer....

Reciprocidad
Le disparó a su televisión. Alegó defensa propia.

Cantos de Cisne
Llevaba en la cara una pena extraviada, olvidada hace tiempo, una sonrisa dejada para más tarde y las marcas mal cuajadas de una vida canalla.
Al borde de un coma profundo pensó en terminar de acabar... pero en vez de saltar, se compró otra guitarra
El lector
  Entró en la sala dispuesto a dar el último masaje de la jornada. Como siempre, el incienso, las velas, la luz tenue y la música, incitaban a la calma, al sosiego y la interiorización.

     La mujer le esperaba ya tendida en la camilla, cubierta con una toalla. La observó un instante, recordando: Sara, masaje relajante. Se aproximó despacio y, suavemente, posó las manos sobre su espalda. Sintió cómo ella se removía perezosamente, sólo un poco, acomodándose, y cómo suspiraba profundo, aflojando el cuerpo. Cerró los ojos y esperó a que las respiraciones de ambos se acompasaran.

     Al retirar la toalla algo llamó su atención. La piel de la mujer aparecía surcada de finas líneas, en todas direcciones, a lo largo de la espalda, las piernas… de todo el cuerpo. Se acercó un poco más, con precaución, para dilucidar la naturaleza de aquellas filigranas. Eran letras, frases… que iban formando un texto, una suerte de relato. Sin interrumpir el contacto de sus manos con la piel, buscó curioso el comienzo de la historia. A la altura de los omóplatos halló el título:

“Mi vida y otros secretos" sigue leyendo....

domingo, 13 de febrero de 2011

Dobles parejas

Yo no soy él y tú no eres ella, pero a veces se nos olvida. 

Mario no le quita ojo desde el otro lado de la sala. Se lo ha dicho la Antonia, que parece que no se entera pero no se le pasa nada por alto. Angelines le devuelve la mirada y siente mariposas en el estómago. Las tardes de domingo los dos esperan impacientes que llegue la orquesta y suenen pasodobles. Bailan juntos. En silencio. Él mira al infinito y piensa en su Engracia, que en paz descanse. Ella sonríe mientras recuerda a su Blas y cómo le agarraba por la cintura. Siguen bailando y se cruzan las miradas. Él esboza algo parecido a una sonrisa que a ella le sonroja. Es un segundo. Después los cuatro siguen bailando.

jueves, 10 de febrero de 2011

María en la Onda

- Buenas tardes, hoy tenemos con nosotros a una invitada muy especial en esta cadena. En pocas semanas su programa ha subido como la espuma. Buena música, algún comentario de actualidad, consejos útiles, citas célebres y llamadas, cada vez más, llamadas de los oyentes. Sí lo han adivinado, estamos con María, alma mater de María en la Onda. María, buenas tardes
- Buenas tardes
- A veces divertida, con un punto irónico e incluso yo diría que tiene un lado sensual al presentar algunas canciones… pero, sobre todo, es cercana, de carne y hueso. Os lo puedo asegurar ahora que la tengo a mi lado.
- Gracias, es un placer compartir contigo estos micrófonos.
- Ya saben todos nuestros oyentes que pueden encontrar información del programa y de María en nuestra página web. Hay foros, descargas de audios, concursos... y fotos. ¿Cuál de ellas es tu preferida?
- La verdad es que tengo que agradecer el trabajo que hacen mis compañeros de producción que son los que se encargan después de cada programa de colgar imágenes de nuestros invitados. Es muy difícil quedarme con uno solo... quizás Sabina, que me regaló su bombín, y nos dejó una entrevista canalla pero tierna, una mezcla de vinagre y rosas como su último disco.
- Tenemos que advertir a quienes no hayan entrado todavía en la web, que van a encontrar muchas cosas pero ninguna foto tuya. María, se ha especulado mucho, incluso hay creado un grupo en Facebook, señoras que conocen a Maria. ¿Qué tienes que decirles a tus seguidores?
- La radio tiene la magia del sonido, la música y la voces. No hay que romper esa magia. Si la voz de la radio te enamora, no te pases por la emisora

*Radiorelato para Castillos en el aire
** Los visitantes habituales de estos jardines ya conocen a María

martes, 8 de febrero de 2011

PASEN Y VEAN: Agustín Martínez Valderrama

De bien nacidos es ser agradecidos. Y hoy tengo que darle las ¡¡¡GRACIAS!!! en mayúsculas y con exclamaciones a Agustín Martínez Valderrama por hacerme un hueco en sus previsiones meteorológicas. Como no sé hacerlo de otra manera, he decidido pagarle con su propia moneda.
Cuando se cumplen 50 entradas y 50 seguidores, así lo ha querido el destino o la casualidad, hoy recibo en los jardines a mi primer invitado oficial, el cangrejo de Agus, y les invito a que pasen y vean todo lo que es capaz de hacer con las palabras.


Dice en su perfil, que le gusta juntar palabras y que ellas se dejan. Lo hace además de una forma muy ordenada, sin perder un día de la semana, salvo sábados y domingos que en Winnappu creo que son fiestas de guardar. Cada lunes, llega una nueva entrega de este pequeño pueblo en el que muchos quisiéramos empadronarnos. En él habitan de forma cotidiana los personajes más extraños y pasan con naturalidad las cosas más raras. No les digo más, que el periódico cuenta las noticias de mañana.
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LACRIBA
      
Wínnappu es un pequeño pueblo que casi ya ni existe. Sin embargo, pese a su tamaño, padece un desorden cíclico de exceso de población. Por ello, cada cierto tiempo, sus habitantes ascienden hasta la cima del monte Lacriba. Y lo hacen siempre juntos, en fila de a uno, empezando por el más viejo. Una vez arriba, en el vértice, todos miran hacia Wínnappu; que desde las alturas aún parece más pequeño, todavía más inexistente. Luego, en tropel, se lanzan al vacío. Por lo común, suelen perecer en la caída algo más de la mitad del censo. Estos, los mortales, agonizan en el fondo del precipicio esbozando una feliz y radiante sonrisa. Mientras los personajes de ficción, de naturaleza elástica, emprenden el camino de regreso a casa. Cabizbajos, taciturnos, confiando que algún día al fin se obre el milagro.

WINNAPPU POST

       Víctor Cinca es el redactor jefe del Wínnappu Post. El periódico local que anticipa las noticias que suceden en Wínnappu al día siguiente. No es de extrañar pues que su lectura sea más una necesidad que un mero divertimento. En realidad es lo primero que hacen sus habitantes nada más levantarse. Leer el Wínnappu Post y enterarse de todo aquello que ocurrirá en las próximas horas. Víctor se esfuerza cada noche para llegar puntual al cierre de la edición. Sólo una vez al año, la víspera de Todos los Santos, la publicación no se edita. Ese día ni siquiera despunta el sol. El aire huele a orín de gato. Las muñecas hinchables eructan. Y los lugareños permanecen encerrados en sus casas jugando al dominó, al mus o a la brisca. Esperando que Víctor le de otra vez a la manivela y ponga de nuevo en marcha la rotativa.
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Los martes atiende con esmero a los invitados en Pasen y Vean, abriendo una ventana al trabajo y los blogs de otros escritores. Los miércoles y los jueves sorprende al personal con esas historias en las que consigue que lo extraordinario, la fantasía, los muertos que se pasean e incluso Elvis en el rellano de la escalera sean tan reales que lo extraño sería que las cosas pasasen de otra manera. Y no hay que olvidar que para buscar su musa lanza gatos por la ventana... habrá que intentarlo alguna vez...
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GATOS POR LA VENTANA 

 A ella le gustaban los chicos malos que le tocaban el culo, escribían poemas de amor y tiraban gatos por la ventana. Aunque ahora es una musa célebre y procura guardar las apariencias. Viste en boutiques, veranea en Saint-Tropez y bebe champán francés. Siempre fue muy coqueta, caprichosa y algo ligera de cascos. Sin embargo, desde que inspira best-sellers apenas frecuenta los cabarets. Y ya no se acuesta con jóvenes poetas. Conmigo suele hacer una excepción. Le divierte recordar viejos tiempos. Luego, desaparece. Y me deja su ausencia y la nevera vacías. Yo, mientras espero que vuelva, sigo tirando gatos por la ventana. Pero ya nunca caen de pie.

LUNES DE GUARDAR

 Mi abuelo venía a comer cada domingo. A mis padres esto no les parecía bien. No es normal, decían. Pero en casa todos conocíamos su afición por la paella de marisco. La verdad es que para estar muerto tenía muy buen apetito. Y después del café le gustaba beberse una copita de anís, sentarse en el sofá y echar una cabezadita. Yo bajaba a jugar a la calle y al volver lo encontraba otra vez en la mesa. Apurando un cigarro, tarareando ojos verdes y pellizcándole el culo a mi abuela. Luego desaparecía. Hasta que un día mi abuelo dejó de venir. Mamá no hizo nunca más paella de marisco. Los ojos de la abuela se volvieron negros. Y los domingos se convirtieron para siempre en lunes de guardar
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Y cada viernes, despide la semana con una pulga a cual más sorprendente. Os confieso que lo mío con las Previsiones Meteorológicas de un Cangrejo fue un flechazo y después llegó la historia de amor más bella jamás contada. Con estos dos pulgas, más el último de Agustín Martínez Valderrama, me despido, recomendando no salir de casa sin saber qué tiempo hizo ayer.

FLECHAZO

Coincidieron en el tercero. Ella tendía la ropa. Él se dejaba caer por el patio de luces.
 
LA HISTORIA DE AMOR MÁS BELLA JAMÁS CONTADA
- Te quiero.

- Soy una farola.

- Lo sé.

EL ÚLTIMO

Llegué tarde. Todos, incluido yo, nos habíamos marchado.


domingo, 6 de febrero de 2011

Despertares

Cuando desperté supe que algo raro pasaba. Al levantarme apoye con fuerza los pies en el suello y me palpé la cara para comprobar que no me había convertido en un monstruoso insecto kafkiano. Me froté los ojos y busqué mi reflejo en el espejo del armario. Ahí estaba. No era un fantasma. Fue al girarme cuando lo comprendí todo. Tendida desnuda sobre la cama, dormía una preciosa mujer. Por favor, que nadie me despierte. 

jueves, 3 de febrero de 2011

Tras sus pasos

Lunes. Salió de casa, torció a la derecha y paró en el quiosco.
Martes. Tiró calle abajo, todo recto, hasta llegar a la plaza.
Miércoles. Se entretuvo en el portal con un vecino.
Jueves. Llovía y fue corriendo hasta la parada de autobús.
Viernes. Fue directo a la oficina.
Sábado. Quedó con unos amigos en el bar de Pancho.
Domingo. No salió de casa. Fue el único día que no se encontró con ella.
Él duda entre el destino y la casualidad.
Ella empieza a cansarse de seguir sus pasos.